República, Imperio y Reforma

Entre la voz de Dios y el llamado de la patria

Autor o Editor: 
Brian Connaughton
Época de interés: 
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Historia de las Instituciones
Tipo: 
Libro
Editorial: 
UAM-Iztapalapa/Fondo de Cultura Económica
ISBN/ISSN: 
978-607-477-398-9
Índice y resumen de la obra: 

Brian Connaughton ofrece un análisis puntual de los nexos entre el imaginario político, las ideas religiosas y la lucha por legitimar un nuevo sistema político entre la Independencia nacional y la Reforma.

Perfil académico

Datos generales
Nombre: 
Marisol
Apellidos: 
Ramírez
País de residencia: 
México
Ocupación: 
Estudiante de grado
Institución de estudio o trabajo: 
UNAM
Época de interés: 
Colonial
Prehispánica
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Bibliotecas y Archivos
Geografía Histórica
Historia Cultural
Historia de la Vida Cotidiana
Historia de las Ideas
Historia de las Instituciones
Historia de las Religiones
Historia Económica
Historia Intelectual
Historia Jurídica
Historia Militar
Historia Política
Historia Regional
Historia Social
Historia Universal
Historiografía
Teoría, Filosofía y Metodología de la Historia
Otra información
Imagen o foto: 

Cerro Gordo, memoria olvidada

Autor: 
Miguel Salvador Rueda Smithers
Institución: 
Universidad Maya de las Américas
Síntesis: 
CERRO GORDO, MEMORIA OLVIDADA
 
 
Miguel Salvador Rodríguez Azueta
Universidad Maya de las Américas
 
Alguien me dijo que existía, yo la verdad hasta este momento no la he visto. Entre los matorrales y el ir y venir de los autos, que ahora son menos gracias al libramiento Rinconada-Cerro Gordo, me dispongo a seguir buscándola, aunque siga arriesgando la integridad física al caminar por el arroyo vehicular, con suerte sino me pica una culebra me atropellará un camión de Segunda Clase.
 
¿Qué es lo que busco?, Una placa conmemorativa, un mojón, una estela, alguna marca que conmemore a los caídos entre el 17 y 18 de abril de 1847, durante la Guerra México–Americana, me imagino debe estar tirada a un costado del Cerro, digo al menos eso he pensado siempre, desde que pasaba por el lugar, arriesgando mi vida con los aventones que me daba Nacho Rodríguez, cada fin de semana hacia Veracruz. Pero no, a pesar de seguir caminando por entres los matorrales no la encuentro, entonces me decido a llegar a la cima. Tengo que verlo con mis propios ojos, así que empiezo la ascensión por un camino de terracería, con el temor latente de que puedo ser víctima de las piedras traicioneras que hacen resbalar mis zapatos de goma o peor, me asalte algún tunante al acecho entre lo denso de los matorrales que dejaron las pasadas lluvias.
 
No hay señalamientos, pero si una cerca de alambre de púas que señala la propiedad privada, pero como no hay letreros de no pasar por abajo, me armó de valentía y la primera en sufrir una herida en esta investigación es la chamarra obsequio de Pinkito que sale con un pequeño rasguño.
 
Es el Cerro del Telégrafo de Cerro Gordo, alcanzo la cima y distingo a los lejos el “Landscape” de mis ancestros, hermosa, maravillosa vista a pesar de no ser un día claro, se alcanza a ver Cárdel al sur y al norte Xalapa, es octubre del año 2004, recorro lo que puedo del lugar, pues no voy preparado, me faltan zapatos especiales y una buena moruna, para afeitar el pasto crecido. Una especie de fortín se yergue frente a mi, un tipo de casamata que muestra los daños de esquirlas de la guerra, aunado a la destrucción del tiempo, el olvido y la mano siniestra de los vándalos que también alcanzaron al cima solo para escribir en una de las paredes “Lupita te amo”, peor aún, el avance tecnológico no tiene respeto, ni sabe nada del honor de los muertos, por lo que no me extraña encontrar una enorme antena de telecomunicaciones que corona la cima del Cerro, en vez de nuestro lábaro ondeando desafiante, ésta la Torre, que no tiene letreros que identifique a sus propietarios, pero si tiene el estigma de estar hollando suelo sagrado. ¿Tan grande es nuestra ignorancia?, que ¿Ya se nos olvido que hace más de 157 años valerosos hombres dieron su vida por defender a México de la adefagia territorial de los norteamericanos?, en una de las guerras más injustas de la historia, si es que ha existido alguna que sea justa.
 
 
Apenas el año pasado, solo existía la Casamata, hoy además una torre, el año próximo habrá un letrero que anuncie cervezas o licor.
 
Es el Cerro del Telégrafo, y no culpo a los que no nacieron en Cerro Gordo, pues muchos a pesar de ser habitantes del poblado desconocen su nombre. Renuente a hacerle caso a Pinkito y a la voz siniestra y anónima quienes me piden que “no me meta en lo que no me importa”, procedo a elaborar este artículo para recordar la memoria olvidada de Cerro Gordo.
 
Comencemos por señalar que Cerro Gordo es un poblado, anteriormente congregación y gracias al INEGI y su censo del 2000, pasó a tener categoría de indefinido, por lo pronto lo denominaré poblado por respeto a sus 1,225 habitantes el generoso lugar, con sus bien dotadas tiendas de abarrotes, que ofrecen Cerveza bien fría a ambos lados del camino. Saliendo del Puerto de Veracruz se puede llegar por la carretera antigua vía Rinconada o bien viniendo de Xalapa antes de la desviación a la autopista libramiento Rinconada. Pues bien, por la vía de Veracruz pasando Rinconada se encuentra al lado derecho los Cerros del Telégrafo y el de la Atalaya, a la izquierda se encuentra una enorme cañada o desfiladero, antes de llegar al Poblado de Cerro Gordo, por la antigua carretera que desemboca en la ciudad de Xalapa.
 
Una vez ubicados geográficamente, prosigo a ubicarnos cronológicamente, en el año 1847, la guerra México-Estados Unidos está en su apogeo, los americanos hacen propia la idea de llevar la guerra a domicilio, además de poner a prueba sus modernas armas bombardeando sin misericordia la ciudad de Veracruz. Pues bien de todas las batallas que perdimos esta tiene un lugar especial, pues es de la que menos se habla; es cierto que todas las perdimos pero al menos en ésta como en otras quedó la impronta del valor de los soldados mexicanos, pues es verdad que en vez tener Generales de Brigadas nuestro ejercito contaba con “Brigadas de Generales”, todos querían mandar y pocos obedecer, en fin, proseguiré con el tema.
 
Después de la capitulación del puerto de Veracruz el 28 de marzo de 1847, El General Scott comprendió que tenía que sacar del clima insalubre a su ejercito por lo que entre la alternativa de los caminos a seguir para llegar a la ciudad de México, encontró que la más viable era por Xalapa, por lo que avanzó sin dificultades y acampó en Plan del Río. Por su parte Santa Anna decidió esperar el avance invasor en Cerro Gordo.
 
 
 
 
 
 
 
Cabe mencionar, que es de reconocer el ingenio del ejercito americano y en ser los primeros en trazar el libramiento de la autopista Veracruz-Xalapa, vía Rinconada, pues da la casualidad que fue la ruta que siguieron los americanos para llegar por la retaguardia del ejercito Mexicano, ósea que no se lo debemos al Ingeniero Nachón sino a Robert E. Lee, hace más de 157 años.
Mientras Santa Anna desoía los consejos de sus ingenieros y prefería dormirse en sus laureles a ritmo de sones y marimbas en su campamento, asegurando a sus aduladores que a esos Cerros “no subían ni los conejos”, Scott atendía las observaciones de su cuerpo de Ingenieros al mando de Robert E. Lee, quienes habían descubierto esta vía, y por lo tanto la forma de llegar a la retaguardia del campamento de Santa Anna.
 
No solo fue el ingenio sino el esfuerzo humano, pues el montaje, desmontaje y traslado de cañones y paso de tropa fue toda una proeza por esos cañales y desfiladeros.
 
La posición de ambos bandos era el siguiente: Santa Anna acampó en el margen derecho del camino nacional en lo que hoy en el poblado de Cerro Gordo, en las cimas de los cerros de la Atalaya y el Telégrafo mandó a colocar algunos cañones (4 baterías), en el Cerro del telégrafo estaba el General Rómulo Díaz de la Vega con 1,400 hombres y una batería de siete cañones. En la entrada, hacia el sur, estaban 3 batería con 19 cañones comandadas por los Generales Luis Pinzón, José Maria Jararo y el Coronel Badillo, en total unos 12 ,000 hombres.
 
El General Scott no se quebró mucho la cabeza, y elaboró un plan de envolvimiento; una de las divisiones se dispondría a pasar por el lado derecho del Cerro de la Atalaya y llegar por la retaguardia para cortar la carretera nacional y con eso, evitar la retirada del ejercito mexicano y obligarlo a la rendición.
 
Así la división del General Twiggs se encargaría de dicha operación por lo que se dividió en tres brigadas, la del Coronel Harney se encargaría de distraer a los defensores de los Cerros la Atalaya y el Telégrafo, mientras las brigadas de Shields y Riley llegaban a las espaldas del campamento mexicano.
 
Mientras esto ocurría, las brigadas de Pillow en el sur distraía al grueso de la fuerzas mexicanas, atacando las Baterías de Pinzón, Jararo y Badillo.
 
La división de Worth que estaba llegando el día 17 de abril, procedente de Veracruz siguió a la de Twiggs.
 
Cuando los vigías del Cerro de la Atalaya descubrieron a Twiggs, éste se vio forzado a tomar dicho Cerro, para lograr la distracción de la fuerza mexicanas del objetivo principal, el corte de la retirada.
 
Cuando los americanos tomaron el Cerro de la Atalaya, Santa Anna mandó a reforzar el Cerro del Telégrafo con el General Ciriaco Vázquez, el 2 y 4 de Infantería además de 2 cañones y Batería de 5 cañones, el 2 de infantería y caballería que por cierto, en los cerros no podía maniobrar.
 
Desafortunadamente para ese momento los americanos ya tenían en el Cerro de la Atalaya nuestros cañones más los suyos de 24 pulgadas y nos barrieron.
 
El día 18 de abril, a la 7 de la mañana, las fuerzas de Harney apoyadas por la artillería de la Atalaya, atacaron el Cerro del Telégrafo y capturaron sus primera línea de defensa mientras tanto otra fuerza atacaba las tropas de reserva y las Baterías ubicadas en el Cerro.
 
Por su parte en el sur, Pillow, confundido en su ruta, fue a presentarse a tiro de pichón de las Baterías de la entra sur y tuvo mucha bajas, incluso el mismo Pillow, fue herido.
 
La mala fortuna quiso, que los defensores del sur, se percataran que su retaguardia estaba perdida, y los Cerros tomados y prefirieron rendirse.
 
Para ese momento las brigadas de Shield y de Coronel Eduardo Baker con el 4 regimiento de Illinois pasaban el Cerro del Telégrafo y atacaron el campamento mexicano haciéndose del control de la carretera nacional y la ruta de evacuación, por cierto entre la confusión y la masacre, se perdió la pierna preferida del General Santa Anna y su tren de aprovisionamiento con 16,000 pesos en plata para la paga de los soldados.
 
Para las 10 de la mañana del día 18 de abril todo había acabado, Santa Anna y unos 6000 hombres huyeron del como pudieron del campo de batalla, dejando unos 3000 prisioneros y alrededor de 350 muertos, incluyendo la valiosa perdida del General Ciriaco Vázquez en el Cerro del Telégrafo.
 
A grandes rasgos y por ser un artículo informativo, no me extiendo más, pero la pregunta es ¿Hasta cuando Cerro Gordo será memoria olvidada?
 
Pienso que con interés por parte de las autoridades del Municipio de Emiliano Zapata, Veracruz, el poblado de Cerro Gordo puede ser un punto turísticos de gran interés, con un buen mirador, un teleférico, un pequeño museo, una flama eterna, ya no pidiendo mucho una bandera pequeña, ¿Costará mucho dinero?, o sólo cuando la patria esta en peligro nos sale lo patriota.
 
Cerro Gordo no debe olvidarse, pues la valentía de hombres, de ambos bandos debe ser recordada, tal vez se perdió una batalla, una guerra, pero los que perecieron en aquel lugar nunca imaginaron que nosotros perderíamos la memoria y los dejaríamos caer en el olvido.
 
 
 
Lecturas recomendadas:
 
Heriberto Frías, La guerra contra los gringos, LEEGA JUCAR, 1984, 187 p.
 
 
George Brinton McClellan, The Mexican War diary of George B. McClellan, New York, Da Capo Press, 1972, 97 p. [primera edición, 1917]
 
 
Brian Blodgett, “Mexican War. Battles of Monterrey and Cerro Gordo”, http://www.bdblodgett.com/Monterrey/Monterrey.html
 
Ulysses S. Grant, Personal memoirs of U.S. Grant, 2 Vols., New York, C. L. Webster & Co., 1985-1986
 
Categoría: 
Ensayo
Época de interés: 
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Historia Militar

sobre Pani, "Para mexicanizar el Segundo Imperio. El imaginario político de los imperialistas"

Autor: 
Eduardo Flores Clair
Institución: 
DEH - INAH
Síntesis: 

Erika Pani, Para mexicanizar el Segundo Imperio. El imaginario político de los imperialistas, México, El Colegio de México, Instituto de Investigaciones Dr. José Maria Luis Mora, 2001, 444 pp.

 
reseñado para H-MEXICO por
Eduardo Flores Clair
DEH-Instituto Nacional de Antropología e Historia
 
UN TRONO PARA MÉXICO
 
 
¿Cómo fue posible que Maximiliano de Habsburgo se convirtiera en el II emperador de México? Erika Pani sugiere mirar al segundo Imperio sin ira, sin vergüenza, sin las heridas del invasor y sin las balas en el cerro de "Las Campanas". Es una invitación a reconocer la historia de México con sus cosas buenas y malas; con la intención de reconciliarnos con una etapa de nuestra historia que muchos han querido enterrar en el panteón del olvido. Sin exaltar la forma de gobierno monárquica, reinventa la tradición, insinúa ver a la monarquía con otros ojos, sugiere reescribir la historia alejada del glamour de los bailes del palacio, el dispendio en los banquetes y el chismorreo de la corte. Una historia que revele la manera en que "fueron fraguándose, dentro del ideario de la clase política mexicana, una serie de proyectos de Estado que promovieron, o por lo menos aceptaron el establecimiento de un régimen monárquico".
Esta investigación se basa en una amplia gama de fuentes; sin embargo, la autora privilegia de manera especial la revisión de diversos periódicos de la época, los cuales eran los órganos de propaganda de las distintas facciones. A partir de esta fuente histórica, estudia las relaciones entre medios de comunicación e instancias de poder. En este escenario, de manera cotidiana, la clase política mexicana libraba una guerra. Cada uno de los bandos, armado con la letra escrita, disparaba sus ideas e intentaba cazar a sus enemigos. Los informes de la guerra -editoriales, crónicas, opiniones y noticias- permiten conocer las posiciones políticas, las alianzas (como todas ellas efímeras), el debate en torno a los temas substanciales como: la libertad, la forma de gobierno, la soberanía, la religión, la legalidad, los derechos ciudadanos, la propiedad, la política económica, entre otros temas. Se apoya en periódicos de todas las tendencias, por ejemplo: El Siglo XIX, El Monitor Republicano, El Omnibus, El Diario del Imperio y El Pájaro Verde. En algunos capítulos, los redactores o "publicistas" –como bien les llama Pani- toman la iniciativa, hacen lucir su pluma y avasallan a la autora, le impiden exponer sus ideas, le roban la palabra y los lectores, por medio de 1,288 citas, varios miles de puntos suspensivos, entrecomillados, guiones y corchetes, intentaran mantener la atención sobre los asuntos principales de esta historia. Fue tanta la influencia de estos escritores, que Pani termina utilizando un lenguaje coloquial, a semejanza del que nos tiene tan acostumbrados el maestro Luis González y González.
¿Quienes eran los imperialistas? La autora intenta reconstruir la biografía colectiva de cien mexicanos (según el listado del apéndice 2). Ellos fueron los colaboradores más cercanos del emperador; para algunos políticos e historiadores solo fueron "los traidores, los necios o los imbéciles". Teniendo en cuenta el análisis prosopográfico, la autora avanza en el perfil sociológico de este grupo de políticos que poseía características muy particulares. Por ejemplo, era "un grupo de hombres experimentados y cultos, pero también elitistas, racistas y bastante condescendientes hacia los compatriotas que pretendían gobernar [Mas adelante escribirá] Los hemos visto aquí, retratados de cuerpo entero, como buenos burgueses mas o menos liberales, no excesivamente demócratas, cazadores de un orden que los eludía siempre, dirigentes de un pueblo que a casi todos horripilaba".
Mas allá de los meritos intelectuales de cada uno, la opinión negativa sobre los imperialistas era compartida en distintos bandos. El príncipe Carl de Kheveñuller-Metsch, auxiliar de Maximiliano, escribió en sus memorias lo que pensaba sobre el grupo de mexicanos que apoyaban a la monarquía. Decía que eran "generales sin ejército, abogados arruinados, ministros que habían servido ya bajo todos los presidentes: en conjunto gente que había vendido sus convicciones políticas al mejor postor. ¡Con estos hombres quería Maximiliano fundar su imperio! Estas eran las columnas que debían sostener el edificio de sus esperanzas y prestarle sus fuerzas para la gigantesca obra de fundar una monarquía."
Cabe señalar que la autora construyó una radiografía colectiva o prosopografía de los colaboradores del imperio teniendo en cuenta el estatus social, el nivel educativo, el ejercicio profesional y en algunos casos, de manera somera, el futuro que les deparó el destino en los tiempos del triunfo liberal, aquellos que fueron caricaturizados con gran ingenio por Constantino Escalante en el periódico La Orquesta. No obstante, este enfoque queda incompleto respecto a la red clientelar de los personajes, quienes tenían vínculos estrechos a través de lazos de parentesco, amistad y negocios. Pensamos que este elemento es vital para explicar las estrategias políticas utilizadas por cada una de las camarillas en los combates por el poder.
¿Cuáles fueron las acciones políticas de los imperialistas? De manera notable, Pani busco el momento en que la semilla de la monarquía fue depositada en el seno del estado para su germinación. En tres escenarios posibles, la autora sigue la concentración de la voluntad de un puñado de hombres, quienes pensaron que la solución posible a todos los problemas políticos que aquejaban a nuestro país era la monárquica. A lo largo de más de una década, examina las acciones en que cada grupo (desde los liberales más radicales hasta los ultra conservadores) abonaron la idea y prepararon la tierra para instaurar un imperio, pues ya habían probado una amplia cantidad de formas de gobierno de tendencias muy diversas que habían fracasado. A este respecto Fernando del Paso, en su conocida novela Noticias del Imperio, nos había adelantado hace algunos años una idea muy similar. Escribió que "México no funcionaba como república, lo demostraba esa guerra civil que con escasas treguas había durado cuarenta años. Que los mexicanos, como los franceses y la mayor parte de los pueblos amaban el boato real, lo probaban trescientos años de virreinato y lo probaba también el éxito de su Alteza Serenísima, el General Antonio López de Santa Anna."
Pani realiza una profunda reflexión sobre la clase política decimonónica y rompe los moldes de la historiografía tradicional que había reducido la historia política a una batalla incomprensible entre conservadores y liberales, ese periodo histórico que hasta hace muy poco tiempo, por no encontrar un nombre mejor, se le conocía como el de la "anarquía". Pone en tela de juicio esta idea "maniquea" y da cuenta de la gran complejidad de la vida política de la sociedad mexicana. Pero la tarea no es sencilla, la autora señala en repetidas ocasiones la enorme dificultad que existe para identificar a cada uno de los grupos participantes en las contiendas políticas. Los reacomodos eran constantes; sólo para dar una idea breve citamos un apartado donde escribió que: "santanistas, dictatoriales y demócratas republicanos en 1853. Centralistas y federalistas, elitistas y populistas, campeones del Poder Legislativo y presidencialistas en 1856 meses después. Constitucionalistas, anticonstitucionalistas poco convencidos, conservadores intransigentes y conservadores resignados en 1861. A estos calificativos se suman los de "liberales", "católico", "puro", "moderado", "conservador" y "reaccionario". Los grupos y los ideales que estos promovían se traslapaban y se superponían."
Cabe agregar que Esther Acevedo ha contribuido al estudio de los imperialistas a través de su "imagen publicitaria". Haciendo una revisión de las distintas manifestaciones artísticas, reconstruyo los elementos que los publicistas introdujeron en el imaginario colectivo a fin de consolidar su posición política. La sociedad mexicana recibió un bombardeo de fotografías, pinturas, grabados, esculturas, obras públicas donde se mostraban los nuevos hábitos culturales, las nuevas relaciones sociales y sobre todo una nueva estética. A este esfuerzo se le une la magna exposición que el Museo Nacional de Arte montó entre 1995 y 1996 con el titulo de "Testimonios artísticos de un episodio fugaz", donde se mostraron los diversos rostros de los imperialistas. Asimismo, en la lista de los agradecimientos se puede apreciar que lejos de desaparecer con el triunfo liberal, los descendientes de los imperialistas siguen entre nosotros.
El imaginario político de los imperialistas era un arsenal de lucha, estaba muy alejado de ser solo un panfleto y en realidad constituía un conjunto de políticas que fueron instrumentadas por los gobiernos en turno. En el terreno ideológico, Pani intenta explicar el laberinto que recorrió el pensamiento imperial, contrasta la visión de los pensadores y valora las opiniones e influencias sobre ciertos hechos políticos, tales como la "revolución republicana de 1848" francesa, el "imperio de Napoleón III" o el "parlamentarismo moderado-conservador" español. De manera contundente comprueba que la clase política mexicana asumía los modelos europeos. No obstante, en este apartado, se nota la ausencia del mundo anglosajón. Como es bien sabido, la corona británica era un ejemplo de monarquía estable, casi inamovible hasta nuestros días. Desde 1660, cuando limitó sus poderes, jamás se enfrentó a una guerra civil, a un golpe de estado y mucho menos se dio el caso de que algún partido político impugnara el régimen de gobierno.
Por otra parte, la autora realiza un cuidadoso estudio sobre el proyecto económico imperial y pone un mayor énfasis en ciertas áreas internas como "las políticas fiscal, de fomento y agraria". En este renglón, analiza la política fiscal a la luz del conflicto de intereses entre la clase propietaria y el sistema tributario; los contribuyentes tenían la voluntad de modernizar las rentas públicas, pero se negaban a pagar impuestos.
Respecto al presupuesto del gobierno sorprende el dato de que "Maximiliano gastaba en un mes el doble de lo que se le asignaría para todo el año de 1868 a la oficina del presidente Juárez". Sobre los asuntos económicos, me parece un exceso por parte de la autora de considerar a la política social del Imperio como "populista". Asimismo coincido con Carlos Marichal (nota 298, p. 307), respecto a que los empresarios franceses tenían interés por acaparar el mercado de la plata mexicana, pues desde los primeros años del México independiente las casas comerciales galas intervenían en dicho mercado. Pero este problema queda abierto para futuras investigaciones.
Mas allá del problema de la consolidación del estado-nación, el cual ha sido una preocupación constante en la historiografía decimonónica. Pani contribuye de manera notable al estudio del sistema político mexicano, descubre las lógicas internas y la distancia que existía entre el pensamiento y la practica política. Sin duda, construye una imagen muy distinta de los imperialistas. Fue mucho el avance que se logró en este libro, pero aun faltan muchas preguntas que responder sobre esta época. Según la autora "queda sacarlo del campo del imaginario y "normalizar" el periodo del segundo imperio, para ver como opero en las diferentes regiones [y] como interactuó con los distintos actores políticos".
 
Eduardo Flores Clair
efloresc@sni.conacyt.mx
DEH- Instituto Nacional de Antropología e Historia
 

 
Categoría: 
Reseña
Época de interés: 
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Historia de las Ideas

sobre Solares Robles, "Bandidos somos y en el camino andamos, Bandidaje, caminos y administración de justicia en el siglo XIX. 1821-1855."

Autor: 
Eduardo Flores Clair
Institución: 
DEH - INAH
Síntesis: 

Laura Solares Robles, Bandidos somos y en el camino andamos, Bandidaje, caminos y administración de justicia en el siglo XIX. 1821-1855. El Caso de Michoacán, Morelia, Instituto Michoacano de Cultura, Instituto de Investigaciones Dr. José Maria Luis Mora, dic.1999, 545 pp.

 
Eduardo Flores Clair
DEH - INAH
 
CAMINOS PELIGROSOS
Laura Solares es especialista en la historia decimonónica de nuestro país. A lo largo de dos décadas, ha contribuido de manera notable a la historiografía política. Entre sus publicaciones se destacan importantes trabajos sobre la vida y la obra de políticos influyentes; por ejemplo: las Obras completas de José Maria Luis Mora, varias veces reeditadas, la Biografía política de Manuel Gómez Pedraza y Valentín Gómez Farías y su lucha por el federalismo. Pero también su debilidad han sido las apasionantes y sórdidas historias de bandidos. Ambas líneas de investigación confluyen en la narración de hazañas de hombres que se convirtieron en iconos del siglo XIX mexicano. Sobre la delincuencia ha dejado patente su experiencia a través de trabajos como: El bandido social en México durante el Porfiriato, El bandidaje en el estado de México y el libro que hoy nos ocupa, que en su primera versión fue presentado como tesis de doctorado.
La autora recrea un problema que nos aqueja y que se ha convertido en un cáncer de nuestra sociedad. El fenómeno del bandolerismo se analiza teniendo en cuenta los caminos como escenario, la manera de prevenir y castigar los delitos a través de la impartición de justicia y las modalidades y características sociológicas de la delincuencia. La investigación se realizo de manera exhaustiva en fuentes de diversa índole y dio como resultado un texto muy ambicioso y de considerable trascendencia; explica aspectos fundamentales de la historia social e ilustra la vida de los bandidos decimonónicos.
En una primera lectura nos podría parecer que se trata de dos libros, el primero proporciona una visión general del país sobre los problemas antes descritos y en el segundo se hace un estudio regional sobre el caso del bandolerismo en Michoacán. A lo largo del texto, Solares plantea que la delincuencia se encontraba estrechamente vinculada con la miseria. Podríamos decir que existía una especie de formula matemática: bandido igual a pobre o desamparado igual a delincuente. La autora escribió que los bandidos "obligados por las circunstancias en que Vivian -pobreza, ignorancia, inferioridad económica y social, se veían precisados a delinquir para buscar la satisfacción de sus necesidades más elementales".
En nuestros días, las autoridades competentes repiten en forma reiterada esta idea, casi como un eslogan publicitario o una justificación: la madre de la delincuencia es el desempleo y su padre la pobreza. Pero dicha visión resulta un tanto limitada, si se toman en consideración algunas referencias. Por ejemplo en Bandidos somos, según los cuadros estadísticos de la delincuencia de 1845 (p. 228 y 230), solo el 5% de los infractores se declararon "sin oficio"; la gran mayoría eran artesanos, obreros textiles y trabajadores del campo. Asimismo, el 14.9% sabían leer y escribir, dato revelador que nos hace suponer que el nivel escolar de los delincuentes se encontraba alejado de la "ignorancia" en el contexto de aquella época. De igual forma, la autora señala que existían algunos delincuentes "de las clases en el poder" y otros mas tenían "un trabajo estable o una vida desahogada". A partir de estos datos podríamos suponer que las características sociológicas de los bandoleros no se reducían solo a las clases paupérrimas, sino que era un manto que cobijaba a buena parte de la sociedad.
Para la autora la delimitación del entorno geográfico se convirtió en un asunto fundamental, ya que la relación entre caminos y delincuencia producía un tipo de bandolerismo particular. Al elegir a Michoacán como zona de estudio, nos proporciona un paisaje inédito, donde se examinan las condiciones socioeconómicas de la región, se hace énfasis en las diversas áreas productivas, principalmente la angustiante situación de las haciendas agrícolas y la crisis económica que sufrió la población michoacana después de la guerra de Independencia y la difícil recuperación en las primeras décadas del siglo XIX. Asimismo, detalla con precisión las rutas de transito mas frecuentes y analiza el impulso de las autoridades en la construcción de vías de comunicación. Sin embargo, la administración, que vivía en la extrema pobreza, por más esfuerzos que realizaba a través de la expedición de leyes, fue incapaz de llevar a cabo proyectos de considerable envergadura. Hasta mediados del siglo XIX, la situación de los caminos mejoró gracias a la participación de algunos empresarios interesados, quienes se organizaron en una compañía para rehabilitar el camino de Morelia a Toluca.
Otro tema de enorme importancia es el que se refiere a la administración de justicia. Sobre este asunto, Solares encontró una amplia gama de líneas de continuidad respecto del periodo colonial. De manera por demás sugerente, examina, entre otros temas, las leyes que fueron expedidas con el fin de combatir a la delincuencia, la estructura de las instancias de aplicación de justicia, la reorganización administrativa, la instauración de una nueva geografía política que perseguía imponer un mayor control social y hace hincapié en los obstáculos "técnicos" para imponer un estado de derecho. Respecto a la política de sanciones, se puede decir que a lo largo de las primeras décadas del siglo XIX, se levantaron muchas voces, de filiación partidista diversa, que exigían castigos cada vez mas duros y por supuesto "la pena capital para los ladrones de los caminos". Este hecho nos recuerda un pasaje estremecedor de la notable novela Los Bandidos de Río Frío, cuando Manuel Payno describe el tormento post mortem a una partida de bandoleros: Los soldados afanosos, riendo y contentos, como si se hubieran sacado la lotería, pasaron unas reatas al cuello de aquellos cadáveres con los ojos todavía abiertos y vidriosos, y brotándoles sangre por una parte y por otra, los arrastraron hasta el pie de los oyamales, echaron en los brazos más gruesos las reatas, tiraron del otro lado de ellos e izaron los cadáveres flexibles y descoyuntados, que se balanceaban y movían las piernas con el chiflón de viento que venia de cuando en cuando de las cañadas de la montaña.
Por otra parte, Solares rastrea el origen de los delincuentes y distingue entre las bandas armadas, aquellas que se organizaban en torno de una causa política y las gavillas constituidas por delincuentes comunes. Para la autora, la inestabilidad política que vivió Michoacán en los primeros años independientes se convirtió en un campo propicio para la proliferación de cuadrillas que atracaban a los transeúntes en los caminos y cometían una serie de bajezas en alguno de los pueblos. Pandillas muy bien organizadas que estaban formadas por varios cientos de hombres y contaban con un poderoso armamento de "carabinas y lanzas".
A partir de una base documental de 217 expedientes del Archivo Histórico del Poder Judicial del estado de Michoacán, la autora nos ofrece un panorama sobre la anatomía de la delincuencia entre 1821-1856. después de hacer las advertencias pertinentes sobre los problemas para homogeneizar la fuente, pasa a identificar los delitos de mayor frecuencia como el abigeato, el robo en gavilla y el robo. Por ello, el lector podrá saber la forma en que se integraban las cuadrillas de salteadores y la participación de algunas mujeres, se adentrara en los mecanismos en que operaban los bandoleros, el grado de violencia que utilizaban para someter a sus victimas y, sobre todo la premeditación y la alevosía con que se llevaban a cabo los atracos. Por los datos estadísticos sabemos que los robos estaban dirigidos principalmente tanto a animales de trabajo y comestibles, como a mercancías y dinero.
En este sentido resulta revelador el hecho de que la aplicación de la justicia era muy ineficaz. La autora descubre el alto grado de impunidad que existía en el cumplimiento de las sanciones. Asegura que "el mayor numero de casos lo constituyen los que resultaban absueltos [...] a la mayoría restante se les imponía una sentencia que iba de un año a dos, lo que generalmente conducía a que, cuando se dictaba el fallo, ya había transcurrido el tiempo de prisión en el procedimiento y los reos salían libres". Pues en realidad la pena capital solo la sufrió el 5.5% de los todos los transgresores. Cabe señalar que los bandoleros se mostraban indiferentes al castigo de los hombres, pero sentían un gran temor por las penas "celestiales".
 
Eduardo Flores Clair
efloresc@sni.conacyt.mx
DEH- Instituto Nacional de Antropología e Historia
 

 
Categoría: 
Reseña
Época de interés: 
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Historia Social

sobre "Publicaciones periódicas mexicanas del siglo XIX: 1822-1855"

Autor: 
Verónica Zárate Toscano
Institución: 
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Síntesis: 
Publicaciones periódicas mexicanas del siglo XIX: 1822-1855. Fondo antiguo de la Hemeroteca Nacional y Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México (Colección Lafragua), coordinación y asesoría Miguel Ángel Castro y Guadalupe Curiel, México, UNAM, coordinación de Humanidades, Instituto de Investigaciones Bibliográficas, 2000, (Colección Al siglo XIX Ida y Regreso), 664 pp., ISBN 968-36-6636-
 
Reseñado por
Verónica Zarate Toscano
Instituto Mora
 
Celebramos la aparición de este catálogo que contiene información sobre 342 publicaciones periódicas mexicanas de la primera mitad del siglo XIX, conservadas en la Hemeroteca Nacional y la Colección Lafragua de la UNAM. Una herramienta como esta es siempre muy bien aceptada por los investigadores ya que permite acercarse a los periódicos y revistas que salieron a la luz publica entre 1822 y 1855, los cuales proporcionan una visión inestimable del periodo.
No hay que olvidar que la prensa constituye una fuente inapreciable para el conocimiento no solo del presente sino del pasado. Como bien dice Miguel Ángel Castro en su introducción, "la prensa ha servido a sus ciudadanos para exponer, atacar, defender, discutir, informar, opinar, distraer, recrear, anunciar, divertir, declarar, advertir, entretener, amenazar, educar, ridiculizar, convencer e instruir, y algunas acciones mas que constituyen el poder de la palabra, la imagen y el discurso".
Y, sin embargo, desde mi punto de vista, la prensa no ha sido extensa y satisfactoriamente utilizada por los investigadores que se interesan por la historia desde la época colonial hasta nuestros días. Tal vez alguna de las causas de este abandono sea precisamente la falta de conocimiento que se tiene en algunos sectores sobre las publicaciones periódicas del pasado. Y poco conocidos son también los datos sobre su localización en los acervos bibliohemerograficos mexicanos. Un libro como este puede subsanar con creces esta carencia.
La ardua labor que esta detrás de una publicación como la que comento, es el producto de un amplio equipo de trabajo coordinado y asesorado por Miguel Ángel Castro y Guadalupe Curiel y compuesto por colaboradores de diversa índole, incluyendo investigadores y estudiantes aglutinados en torno a un objetivo: construir un instrumento de consulta para difundir los contenidos de sus acervos hemerográficos.
La introducción del libro da cuenta del proceso seguido en la investigación, del diseño de instrumentos para la recopilación y clasificación del material, así como de las características del catálogo con la descripción de sus registros. La parte medular es, por supuesto, el catálogo de los periódicos. Este divide los que están concentrados en el Fondo Antiguo de la Hemeroteca Nacional y los del Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional (Colección Lafragua). En el primer fondo se resguardan colecciones mas o menos completas de las publicaciones, mientras que en el segundo se incluyen sobre todo números sueltos y recortes. Cabe destacar, asimismo, que se pueden encontrar no solo periódicos y revistas publicados en la ciudad de México los cuales, aunque abarcan un porcentaje considerable, comparten los anaqueles con obras similares que vieron la luz en algunas ciudades y estados de la Republica Mexicana.
Una parte importante del proyecto, según se explica en la introducción, es identificar los impresos faltantes y localizarlos en otros repositorios dentro y fuera del país a fin de completar lo que podría considerarse como "la colección nacional". así por ejemplo, no podemos pasar por alto que existen algunos ejemplares y colecciones de periódicos y revistas en la Biblioteca Lerdo de Tejada, Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Archivo General de la Nación y un largo etcétera. Por ello seria muy recomendable el cruce de referencias para lograr complementar las colecciones.
Las entradas o registros se presentan en orden alfabético y constan de tres partes: la primera que se ocupa de la información "técnica" relacionada con la publicación, es decir, titulo, frecuencia, años, descripción física, etc. A continuación se incluye un resumen descriptivo y analítico del periódico o revista, sus editores y colaboradores, objetivos, contenido, precio de suscripción, etc. Es cierto que harían falta ciertos datos relacionados con el tiraje para tener una idea sobre el alcance de las publicaciones, pero estas referencias son por demás escasas. Y finalmente se proporcionan los pormenores de las fuentes históricas y bibliográficas que aportan alguna información adicional sobre las publicaciones, aunque extrañamos la inclusión de diversas tesis de grado que se han ocupado de la prensa y que complementarían y enriquecerían la investigación.
La ultima parte, esta constituida por fotografías de las primeras planas de los periódicos y las portadas de las revistas que se han incluido con la intención de familiarizar al lector con el "rostro" de las publicaciones.
Una simple ojeada nos permite darnos cuenta de las modificaciones tipográficas de los impresos a lo largo del periodo abarcado, es decir, los tipos de letra utilizados, la inclusión de imágenes y viñetas etcétera, aspectos que en la actualidad son del interés de un grupo de estudiosos de los impresos y de la lectura. Si bien es cierto que resulta un tanto engañoso conocer a primera vista lo relacionado con la dimensión propia de las publicaciones debido a que todas las fotografías son del mismo tamaño, se puede recurrir a la información se proporciona en cada uno de los registros.
Ahora bien, ya que nos han hecho el enorme favor de sistematizar la información relacionada con los periódicos, hubiéramos agradecido todavía mas que se incluyera un índice cronológico que facilitara la consulta de los materiales. Si bien es cierto que existen por ahí algunas listas, inventarios, fichas y catálogos con la información del periodo que abarcan los periódicos y revistas, no hubiera estado de mas que se incluyera esta información en el voluminoso catálogo. En la descripción de la metodología seguida para la elaboración del libro, se informa que se diseñaron tres bases de datos, de las cuales una era en orden cronológico, así que no hubiera sido complicado incluirla ya enriquecida una vez que se concluyo la revisión y clasificación.
Creo que todavía mas útil seria contar con un listado por años. Esto permitiría al investigador interesado saber que periódicos se publicaban en determinado año, facilitando así la búsqueda de noticias sobre algún suceso en particular sin tener que hacer una revisión de todos los títulos en orden alfabético. Con ello se completaría sensiblemente la utilidad del catálogo en cuestión. Y en esta era de la modernidad cibernética, también seria factible que en un futuro no muy lejano se pusiera a la disposición de los interesados en un disco compacto o incluso en una pagina web, ya que con ello se enriquecería la información con las aportaciones que pudieran hacer aquellos que lo consultaran en otros lugares y tuvieran referencias que pudieran completar las colecciones.
Pero mientras llega el momento de enriquecerlo, esperemos que los estudiosos de la primera mitad del siglo XIX le saquen todo el provecho posible y con ello arrojen mayor claridad sobre este periodo tan convulso de nuestra historia. Las publicaciones periódicas pueden aportar aquel enfoque cotidiano del acontecer histórico que tanta falta nos hace.
 
Verónica Zárate Toscano
Instituto Mora

Categoría: 
Reseña
Época de interés: 
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Bibliotecas y Archivos

sobre Mayer, Celis, "Entre el infierno de una realidad y el cielo de un imaginario. Estadística y comunidad científica en el México de la primera mitad del siglo XIX,"

Autor: 
Verónica Zárate Toscano y Eduardo Flores Clair
Síntesis: 

Leticia Mayer Celis,  Entre el infierno de una realidad y el cielo de un imaginario. Estadística y comunidad científica en el México de la primera mitad del siglo XIX, México, El Colegio de México, 1999, 188 p.

 Reseñado para H-MEXICO por Verónica Zárate Toscano y Eduardo Flores Clair

 Este es un libro que de entrada podría parecer tedioso por los temas que aborda; pero es todo lo contrario, su lectura es de lo más amena e ilustrativa. La autora nos propone una nueva visión sobre la historia de la estadística en México. En la introducción, que resulta imprescindible para entender el resto de la obra, expone de manera concisa las principales ideas de su marco conceptual, las fuentes que utiliza, realiza una revisión critica sobre los estudios que hay alrededor de este tema y deja muy claramente establecidos cuales son los problemas que se propone estudiar.

Sobre este punto, la doctora Mayer, del Instituto de Investigaciones de Matemáticas Aplicadas y Sistemas (UNAM), advierte a los lectores que "en el presente trabajo se encuentran dos vertientes: primero la estadística como texto cultural, en el cual la veracidad de la noticia no tiene importancia, dado que lo que interesa es el mundo pensado: que tipos de datos suscitaban la atención de los científicos, como se interpretaron y que utilidad quiso dárseles. [...] Por otra parte está la comunidad científica que generó e interpretó las estadísticas. De ésta nos atrae el dato empírico, biográfico, con referencia a su vida cotidiana y los valores que volcaron en los rituales académicos". Ambas vertientes, en apariencia, se desarrollan como dos historias paralelas, pero en realidad es la distancia que hay entre los textos y la vida de sus autores, pero por medio del relato se construyen diversos puentes que entablan una comunicación fluida con ambos aspectos.

Utilizando como herramientas metodológicas la historia cultural y la antropología, analiza la evolución de las estadísticas en su sentido simbólico a lo largo de la primera mitad del siglo XIX. Detalla el trabajo de los científicos, quienes registran información, elaboran tablas y cuadros, comparan el comportamiento social y los fenómenos naturales, sacan deducciones "útiles" y difunden los resultados a través de diversos medios impresos. Pero Leticia Mayer apunta que los autores tenían un segunda finalidad: estaban muy interesados en conocer la "desviación de la norma"; es decir todos aquellos saldos sociales que estaban fuera de las fronteras de la moral y del "hombre tipo" como los delincuentes, criminales, prostitutas y más. A partir de este conocimiento, se pretendía "controlar a los grupos desviados para encauzarlos y proteger a la sociedad". Por lo tanto, en este periodo histórico, la estadística se convierte en un instrumento imprescindible para diseñar e imponer políticas estatales, tanto correctivas como preventivas.

A partir de este momento y hasta nuestros días, las estadísticas penetran en todos los ámbitos de nuestra vida. Por ejemplo, Peter Becker, estudioso de la estadística moral, ha publicado recientemente un artículo sobre el papel de las prostitutas en la criminalidad de Alemania del siglo XIX, en la revista Crime, histoire et societés. Crime, history and societies. Ahí señala que en la primera mitad del siglo pasado "cuando el temor del contagio moral fue el dominante, los médicos sacaron a relucir el tema de la higiene social y la necesidad de protegerse ante la proliferación de enfermedades venéreas. En ese momento sus argumentos todavía se enmarcaban en una narrativa donde los niños inocentes y las mujeres podrían infectarse y convertirse en víctimas".

Podemos decir que las estadísticas morales fueron uno de nuestros primeros rostros como país independiente. Los facultativos, a través de los números, pretendían reconocernos. Para ello inventaron un icono "científico" que fomentaba la homogeneización e identificaba nuestras desviaciones para acabar con ellas. La estadística, mucho mas allá de los números, representaba un anhelo de país, el lugar que le correspondía en el concierto de las naciones civilizadas. Era imprescindible frente a nuestros nuevos socios, presentarnos con buenos números para aparecer y crear una representación sana e incorruptible.

La historia de la estadística en México se inicia como en otras latitudes; la tertulia de los amigotes cada día toma un carácter mas serio y los debates provocan mayores compromisos. Por lo tanto ese tipo de reuniones informales se transforman en una institución, que fue adscrita a diversas secretarías y oficinas, pero no encontró momento de sosiego por las constantes revueltas políticas. Pero después de muchos obstáculos se organizo la Sociedad de Geografía y Estadística, la cual pervive hasta nuestros días.

Una buena parte del libro está dedicada a revelar las características sociales de un puñado de ilustrados que impulsaron la investigación y difusión de las estadísticas. La biografía de estos hombres transcurre en forma paralela que la propia historia de México. En una forma cuidadosa, se construye una intrincada red que fue tejida por estos científicos a lo largo de su conformación. Con el apoyo de diez diagramas, se examinan cada una de las posibles interacciones de quince personajes, quienes tuvieron un papel primordial en la reflexión y aplicación de sus conocimientos "útiles". Tomando en cuenta los puntos en común y las diferencias de cada uno de los protagonistas, la autora los reúne en cinco grupos que son: pioneros, importantes, científicos, fuertes y jóvenes.

Es probable que no compartamos el criterio con que fueron agrupados los estadísticos. Pero los datos arrojan luz sobre ciertos aspectos muy coherentes. Por las fechas de nacimiento sabemos que se tratan de dos generaciones. Los primeros vieron la luz en plenas reformas borbónicas e inclusive gozaron de esa etapa de progreso. Los segundo son hijos de las revueltas políticas, del descontento y la crisis económica. La tercera parte, (33%), son originarios de la región mas prospera: el Bajío. Dos de los más importantes o "egos centralizadores" estudiaron respectivamente en Europa y Los Estados Unidos, uno pertenecía a la aristocracia criolla y el otro era hijo natural. Los otros se prepararon, principalmente, en centros de enseñanza de la ciudad de México, de los cuales destacaba el Colegio Nacional de Minería.

Según el recuento de las actividades que desarrollaron, que es un aspecto fundamental, encontramos que se combinaron áreas académicas, militares y políticas. Pero algo que atrajo más nuestra atención, es que la intelligencia tenia una preferencia política de tipo monárquico. Esto no lo decimos como una condena o enfermedad que padecían; consideramos que este punto es una señal mas que permite entender a estos hombres y su manera de concebir el mundo. Esta preferencia política les acarreó una serie de penalidades y los marginó, sobre todo, con la República Restaurada.

En el estudio de los rituales académicos, la autora se basa en los anuarios publicados del Colegio Nacional de Minería de 1845 y 1848. El análisis de estas celebraciones se centra en los discursos que fueron pronunciados. Aunque de manera general se hace mención del protocolo de este tipo de ceremonias, nos hubiera gustado que se abundara más en estos temas, pues pensamos que hubieran enriquecido las principales tesis del libro sobre todo en su carácter simbólico. En relación a los discursos, los oradores atizaban al nacionalismo por medio de las hazañas históricas, apelaban a la memoria colectiva para buscar un lugar entre los países civilizados. Hacían referencias a los libros clásicos y desempolvaban los antiguos cuadros de la galería de los hombres ilustres.

La primera ceremonia fue de gran entusiasmo, en la segunda existía una profunda melancolía, pero una mayor necesidad de reforzar la identidad nacional. Entre una y otra, México había perdido la guerra, con ella mas de la mitad del territorio y se había doblegado ante la invasión norteamericana. El ejército de las barras y las estrellas profanó el templo del saber y convirtió al Palacio de Minería en su cuartel, en el cual no había un lugar "donde poner el pie por estar convertido en una cloaca inmunda".

Las cincuenta y una imágenes que acompañan el texto recuperan una antigua tradición de ilustrar los libros de historia, aportan un cúmulo de información importante y no simplemente una decoración. En una forma por demás discreta se hace mención a dos planos y cuatro mapas; la incorporación de imágenes de las portadas y de algunas tablas son una tarjeta de presentación, con la intención de que los lectores se acerquen a los originales. La ambientación de la época se hizo a través de litografías de edificios y calles de la ciudad de México, con lo cual se puede hacer un buen recorrido. Al lector le corresponde sacar sus propias conclusiones del conjunto de la obra y descifrar los códigos de los grabados, pinturas, dibujo y fotografía de los protagonistas.

 Verónica Zárate Toscano, Eduardo Flores Clair

VZarate@Institutomora.edu.mx

efloresc@conacyt.mx

Categoría: 
Reseña
Época de interés: 
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Historia Económica

Perfil académico

Datos generales
Nombre: 
Marina
Apellidos: 
Altamirano
País de residencia: 
Argentina
Ocupación: 
Estudiante de grado
Institución de estudio o trabajo: 
ISP Dr. Joaquín V. González
Época de interés: 
Colonial
Contemporánea
General
Los Años Recientes
Porfirismo y Revolución Mexicana
Prehispánica
República, Imperio y Reforma
Revolución e Independencia
Área de interés: 
Bibliotecas y Archivos
Ciberhistoria
Didáctica y Divulgación
Etnohistoria
Geografía Histórica
Historia Cultural
Historia de Género
Historia de la Ciencia y la Tecnología
Historia de la Vida Cotidiana
Historia de las Ideas
Historia de las Instituciones
Historia de las Religiones
Historia del Medio Ambiente
Historia Demográfica y de las Migraciones
Historia Económica
Historia Intelectual
Historia Jurídica
Historia Latinoamericana y del Caribe
Historia Militar
Historia Política
Historia Regional
Historia Social
Historia Universal
Historiografía
Teoría, Filosofía y Metodología de la Historia

Perfil académico 6497

Datos generales
Nombre: 
Mario
Apellidos: 
Zúñiga Campos
Ocupación: 
Estudiante de grado
Institución de estudio o trabajo: 
UNAM
Época de interés: 
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Historia Política
Proyecto personal
Título del proyecto, área de interés o motivo de suscripción: 
Milicias cívicas en México
Descripción: 

Interesado en la historia política de México durante la primera república federal. Particularmente, en la pugna entre los gobiernos locales y el central.

Perfil académico 6213

Datos generales
Nombre: 
anabel
Apellidos: 
velasco reynaga
País de residencia: 
México
Ocupación: 
Empleado (empresa privada)
Otra ocupación: 
Bibliotecario, historiadora, editor
Institución de estudio o trabajo: 
Universidad de Guadalajara/ UNAM/ CONACYT
Época de interés: 
General
Porfirismo y Revolución Mexicana
República, Imperio y Reforma
Revolución e Independencia
Área de interés: 
Historia Social
Historiografía
Teoría, Filosofía y Metodología de la Historia
Proyecto personal
Título del proyecto, área de interés o motivo de suscripción: 
Historia de la Tecnología
Descripción: 

Historia del sistema de produccion del armamento durante el porfiriato.

Otra información
E-mail de contacto: 
Distribuir contenido