Historia de las Religiones
Sacerdotes en tierra de indios. La iglesia y la oligarquía en el noreste de la Nueva España (Siglos XVII-XVIII).
Descripción:
En la evangelización de los indígenas en el norte de la Nueva España también participaron los sacerdotes. Las gobernaciones de Nuevo León, Coahuila, Nuevo Santander y Texas y la villa de Saltillo en la Nueva Vizcaya estuvieron a cargo del obispo de Guadalajara desde su fundación hasta 1777, cuando se erigió la diócesis de Linares. Esta investigación analiza cómo se consolidó la Iglesia en el noreste de la Nueva España desde 1680 hasta 1799. Desde la perspectiva de la historia social y serial se busca comprender las peculiaridades de la clerecía en el septentrión de las Indias Occidentales. Se estudia la erección de las parroquias y los curas a cargo de la feligresía de frontera. Se muestran las diversas carreras eclesiásticas de los sacerdotes que habitaron en una región alejada de la Nueva España. Este libro muestra cómo las familias de los sacerdotes participaron de la consolidación de la Iglesia. Así como las características del nuevo proyecto diocesano y sus primeros años de gobierno. Nancy Selene Leyva Gutiérrez es licenciada en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Maestra y doctora en Historia por El Colegio de Michoacán. Es becaria postdoctoral en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Desde su formación como licenciada se interesó en los estudios regionales, en especial por la historia del noreste de la Nueva España.
Índice
Introducción. I. Los cimientos de la iglesia secular y la formación de sacerdotes (Siglos XVII-XVIII). El avance conquistador y los primeros curas. La educación de los sacerdotes en Nueva España. La instrucción. Los colegios jesuitas. Los seminarios. El "seminario" de Monterrey (1703-1725). Los centros filipenses de educación. La ordenación. A título de capellanía. Por administración. Ordenación por matrimonio. A título de lengua. La obtención de grados universitarios. Consideraciones finales. II. La organización de la iglesia secular (1700-1770) y las carreras eclesiásticas. Los beneficios y los cargos. Las parroquias. Los juzgados eclesiásticos. El cobro de los diezmos. Las capillas de las haciendas. Las carreras eclesiásticas de los beneficiados. El clero de las parroquias. Los curas foráneos. La clerecía local. Consideraciones finales. III. La conformación de una nueva mitra. Del noreste del obispado de Guadalajara a la diócesis de Linares (1770-1799). Las parroquias del noreste de la mitra de Nueva Galicia a finales del siglo XVIII. La feligresía y los curas de la oligarquía. La recolección del diezmo. Una nueva mitra en tierra de indos de guerra. El proyecto. El problema de los indios "bárbaros". La erección del obispado y la oligarquía local (1779-1790). La delimitación jurisdiccional. Bustamante y el pleito con la oligarquía local. Vergel, el obispo conciliador y el cabildo catedral. Llanos y Valdés y el cabildo catedralicio de Linares (1791-1799). El obispo Llanos y Valdés y los curas de la diócesis. El cabildo catedral y las rentas eclesiásticas. La concesión de empréstitos. El juzgado de Capellanías y Obras Pías. Los diezmos. El embellecimiento de la ciudad episcopal. La secularización de las misiones de Texas. Consideraciones finales. IV. Las familias de los curas y sus vínculos con la iglesia secular. La oligarquía local. Los grupos de parentesco. Los representantes del rey. El poder económico. Los bienes. Cargos en la iglesia. Los diezmeros. Los Larralde. Estudio de caso. Las interacciones sociales de los padres de los curas. Las conexiones locales. Contactos con el exterior. Consideraciones finales. Conclusiones. Archivos y bibliografía. Anexos. 1. Curas consignados en los libros parroquiales (1770-1777) y en la visita del doctor Martínez Benavides en 1777. 2. Dezmatorios del obispado de Guadalajara en 1770. 3. Curas consignados en los libros parroquiales (1777-1799). Índice de árboles genealógicos, cuadros, ilustraciones y mapas. Índice toponímico.
Relación de Michoacán (sexta reimpresión)
Descripción:
La relativa oscuridad en que se ha mantenido la Relación de Michoacán a partir de su redacción en 1540 es sorprendente si uno considera la difusión y la reputación mundial de otros textos fundamentales de la América indígena tales como el Popol Vuh de los mayas quichés de Guatemala, los Libros del Chilam Balam de los mayas de Yucatán, el Códice Florentino de los nahuas de México-Tenochtitlan, o la Crónica del inca Huamán Poma de Ayala. Emanación de los p`urhépecha, la Relación de Michoacán pertenece, por su composición, su estilo y cualidades literarias a las obras de arte universales, como el Poema de Gilgamesh de Mesopotamia, el Kojiki de Japón o los textos que formaron la Biblia. Libro a la vez muy antiguo y vivo, es el símbolo de los purhépecha de hoy, el monumento más precioso dejado por sus antepasados. La Relación de Michoacán...sin duda, representa un tesoro inestimable para el historiador o el arqueólogo. Pero es más que un documento. Por medio del testimonio del petámuti, y no obstante la fractura del tiempo y el filtro de la transcripción, nos permite penetrar en una de las culturas más creativas y armoniosas de la América prehispánica. Gracias a la riqueza de su imaginario, a la belleza de su estilo, nos hace sentir la profundidad de esta cultura por dentro.
Índice
Presentación; Universalidad de la Relación de Michoacán; Relación de las cerimonias y rictos y población y gobernación de los indios de la provincia de Mechuacan hecha al ilustrisimo señor don Antonio de Mendoza, virrey y gobernador desta nueva España por su Majestad, etcetera. Prólogo; PRIMERA PARTE, Sicuíndiro. SEGUNDA PARTE, I. Síguese la historia cómo fueron señores el caçonçi y sus antepasados en esta provincia de Mechuacan. De la justicia general que se hacía; II. De cómo empezaron a poblar los antecesores del caçonçi; III. De cómo mataron en este lugar sus cuñados a este señor llamado Ticátame; IV. Cómo en tiempo destos dos señores, postreros, tuvo su cu Xarátaga en Vayámeo y cómo se dividieron todos por un agüero; V. De cómo los dos hermanos señores de los chichimecas hicieron su vivienda cerca de Páscuaro y tomaron una hija de un pescador y se casó uno dellos con ella; VI. Cómo los señores de la laguna supieron de la mujer que llevaron los chichimecas y cómo les dieron sus hijas por mujeres; VII. Cómo hallaron el lugar deputado para sus cúes y cómo pelearon con los de Curínguaro y los desafiaron; VIII. Cómo enviaron los de Curínguaro una vieja, con engaño, a saber si murieron de las heridas los señores de los chichimecas y cómo los quisieron matar por engaño los de Curínguaro en una celada; IX. Cómo los de Corínguaro quisieron matar a los señores de los chichimecas en una celada e se libraron della y después murieron en otra celada; X. Cómo le avisaban y enseñaban los sacerdotes susodichos a Tarícaueri [Taríacuri] y cómo puso flechas en los términos de sus enemigos; XI. Cómo el señor de la isla llamado Carícaten pidió socorro a otro señor llamado Zurunban contra Taríacuri que le tenía cercado en su isla, y fue enviado un sacerdote llamado Nacá a hacer gente de guerra; XII. Cómo Quáracuri avisó a Taríacuri y fue tomado el sacerdote Nacá en una celada; XIII. Cómo Taríacuri mandó cocer a Nacá y le dio a comer a sus enemigos; XIV. Cómo Zurunban hizo deshacer las casas a los de Taríacuri y cómo fueron flechados dos señores primos de Taríacuri y sacrificadas sus hermanas; XV. Cómo se casó Taríacuri con una hija del señor de Curínguaro y fue mala mujer; XVI. Cómo venieron los amigos desta mujer y cómo se emborracharon con ella y de la falsedad que levantaron a Taríacuri; XVII. Cómo Taríacuri sintió mucho cómo no le guardaba lealtad su mujer y cómo se casó con otra por consejo de una, su tía; XVIII. Cómo se sintió afrentado el suegro primero de Taríacuri porque dejó su hija y le tomó un cu y fueron sacrificados los enemigos de Taríacuri; XIX. Cómo los cuñados de Taríacuri, de la mujer primera de Corínguaro, le enviaron a pedir plumajes ricos y oro y plata y otras cosas y de la respuesta que dio a los mensajeros; XX. Cómo Taríacuri buscaba sus sobrinos Hirepan y Tangáxoan que se habían ido a otra parte y de la pobreza que tenía su madre con ellos; XXI. Cómo Taríacuri envió a llamar su hijo Curátame de Curínguaro y de las diferencias que tuvo con él; XXII. Cómo Taríacuri avisó a sus sobrinos y les dijo cómo habían de ser señores y cómo había de ser todo un señorío y un reino por el poco servicio que hacían a los dioses los otros pueblos y por los agueros que habían tenido; XXIII. Cómo los isleños enviaron un principal llamado Zapíuatame a ponerse debajo del mando de Taríacuri y fue preso y cómo andaban haciendo saltos Hirepan y Tangáxoan con su gente; XXIV. Cómo Curátame envió por Hirepan y Tangáxoan que hacían penitencia en una cueva y de la respuesta que dieron; XXV. Cómo Taríacuri dio a sus sobrinos y hijo una parte de su dios Curícaueri y cómo los quiso flechar por unos cúes que hicieron y de la costumbre que tenían los señores entre sí antes que muriesen; XXVI. Cómo Taríacuri mandó matar su hijo Curátame a Hirepan y Tangáxoan porque se emborrachaba y le mataron después de borracho; XXVII. Cómo aparescieron entre sueños el dios Curícaueri a Hirepan y la diosa Xarátanga a Tangáxoan y les dijeron que habían de ser señores; XXVIII. Cómo los del pueblo de Yzíparámucu pidieron ayuda a los de Corínguaro y del aguero que tuvieron los de Yzíparámucu; XXIX. Cómo Taríacuri envió sus sobrinos amonestar y avisar un cuñado suyo que no se emborrachase y como los rescibió mal, y a la vuelta lo que le aconteció a Hirepan con un árbol en el monte; XXX. Cómo Taríacuri mostró a sus sobrinos y hijo la manera que habían de tener en la guerra y cómo les señaló tres señoríos y cómo destruyeron el pueblo a aquel señor llamado Hiuacha; XXXI. Cómo Hirepan y Tangáxoan y Hiquíngaje conquistaron toda la provincia con los isleños y cómo la repartieron entre sí y de lo que ordenaron; XXXII. De la plática y razonamiento que hacía el sacerdote mayor a todos los señores y gente de la provincia, acabando esta historia pasada, diciendo la vida que habían tenido sus antepasados; XXXIII. De un hijo de Taríacuri llamado Tamápucheca que cativaron y cómo lo mandó matar su padre; XXXIV. De cómo fue muerto un señor de Curínguaro por una hija de Taríacuri; XXXV. De los señores que hubo después de muertos Hirepan y Tangáxoan y Hiquíngaje; TERCERA PARTE, I. De la gobernación que tenía y tiene esta gente entre sí; II. En los qúes había estos sacerdotes siguientes; III. De los oficios de dentro de su casa del caçonçi; IV. De las entradas que hacían en los pueblos de sus enemigos; V. Cómo destruían o combatían los pueblos; VI. Cuando metían alguna población a fuego y sangre; VII. De los que murían en la guerra; VIII. De la justicia que hacía el caçonçi; IX. De la muerte de los caciques y cómo se ponían otros; X. De la manera que se casaban los señores; XI. Los señores entre sí, se casaban desta manera; XII. De la manera que se casaba la gente baja; XIII. Síguese más del casamiento destos infieles en su tiempo; XIV. De los que se casaban por amores; XV. Del repudio; XVI. Cómo muría el caçonci y las cirimonias con que le enterraban; XVII. Cómo hacían otro señor y los parlamentos que hacían; XVIII. Razonamiento del papa y sacerdote mayor y del presente que traían al caçonzi nuevo; XIX. De los agüeros que tuvo esta gente y sueños, antes que viniesen los españoles a esta provincia; XX. De la venida de los españoles a esta provincia, segund me lo contó don Pedro que es agora gobernador y se halló en todo. Y cómo Montezuma, señor de México, invió a pedir socorro al caçonçi Zuangua padre del que murió agora; XXI. Cómo echaban sus juicios, quién era la gente que venía y los venados que traían, segud su manera de decir; XXII Cómo volvieron los navatlatos que habían ido a México y las nuevas que trujeron y cómo murió luego Zuangua de las viruelas y sarampión; XXIII. Cómo alzaron otro rey y vinieron tres españoles a Mechuacan y cómo los recibieron; XXIV. Cómo oyeron decir de la venida de los españoles y cómo mandó hacer gente de guerra el caçonçi y cómo fue tomado don Pedro que la iba a hacer a Tiximaroa; XXV. Cómo el cazonçi con otros señores se querían ahogar en la laguna de miedo de los españoles por persuasión de unos prencipales y se lo estorbó don Pedro; XXVI. Del tesoro grande que tenía el cazonçi y dónde lo tenía repartido y cómo llevó don Pedro al marqués doscientas cargas de oro y plata; XXVII. De lo que decían los indios luego que vinieron españoles y religiosos y de lo que trataban entre sí; XXVIII. Cómo fue preso el caçonçi y del oro y plata que dio a Nuño de Guzmán. Esta relación es de don Pedro, gobernador; XXIX. Cómo vino Nuño de Guzmán a conquistar a Xalisco y cómo hizo quemar el caçonçi; Apéndice. Cargos de gobierno, oficios y nombres; Índice analítico
Música litúrgica, Iglesia y sociedad en la Nueva España. La catedral de Arzobispado de México. siglos XVI y XVII
El pensar cómo pudo ser la vida musical de la principal catedral de la Nueva España nos remite a un mundo complejo en el que se cruzan diversos temas. Por ello, el principal objetivo de esta investigación fue reconocer el significado que tenía la música en la catedral de México. Estudiar el desarrollo del grupo de músicos denominado Capilla Musical, buscó establecer por qué era importante para el gobierno catedralicio mantener sus servicios, ya que su existencia dependía de diversos factores, entre los que destacaban el cabildo, el arzobispo, la economía, el culto e incluso la influencia del poder civil. Todos estos elementos en diversas ocasiones afectaban la capilla de manera directa, ya fuera para mejorarla o incluso para limitar su crecimiento. Sin embargo, su permanencia en la catedral indicó su maduración y utilidad en el propósito por el cual se estableció. Percatarnos de ello fue uno de los principales frutos en este trabajo.
Los vaivenes de la fe. Prácticas, pertenencias y circulaciones religiosas de migrantes cortazarenses
La obra discurre acerca del papel de las identidades religiosas en relación con disposiciones estructurales que trascienden los asuntos de fe, que se ven vinculados por medio del desplazamiento de trabajadores precarizados que entran de manera no autorizada a Estados Unidos, como parte de la globalización de la economía y en condiciones extremas de explotación, invisibilidad, racismo y soledad, que impone un mercado laboral segmentado. Y que producen una despersonalización, acompañada por la volatilidad de vínculos sociales, que propicia que algunos trabajadores agrícolas migrantes circulen y se reubiquen de formas momentánea y electiva en varias congregaciones religiosas buscando regenerar o mantener ciertas creencias y prácticas referenciales. El texto hace varios aportes en cuestiones de religión y migración: en primer lugar, los variados e ilustrativos testimonios que permiten identificar diferencias y el carácter heterogéneo de los propios migrantes, lo que contribuye a dotar de fuerza heurística la metáfora que se propone como eje para el análisis, modernidad sólida/modernidad líquida. En segundo lugar, la identificación y la discusión de lo que se define como circulantes religiosos, una categoría que parece viable y que está bien fundamentada etnográficamente. En tercer lugar, la presentación del papel heterogéneo que desempeñan las congregaciones religiosas en el lugar a donde llegan a trabajar los cortazarenses en Estados Unidos, mostrando los posicionamientos particulares de pastores y sacerdotes con respecto a la diversidad nacional, cultural y lingüística de la población migrante. Y, no menos importante, la identificación de la influencia que tiene el mercado de trabajo local, segmentado a partir de los requerimientos del capitalismo global, y que se ven, de alguna manera, reflejadas en las disposiciones migratorias promovidas por el gobierno estadounidense (para regular que la entrada al país sea de manera autorizada o no autorizada), en la toma de posición religiosa. Es decir, en los vaivenes que experimenta la fe de los migrantes.
