Historia Regional
En la tierra de Lombardo. Origen y primeros años de la izquierda lombardista en Teziutlán, Puebla
Emilio García Bonilla, En la tierra de Lombardo. Origen y primeros años de la izquierda lombardista en Teziutlán, Puebla. (Procesos electorales y conflictos políticos, 1919-1928), México, Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales “Vicente Lombardo Toledano”. SEP, 2015, 572p., ilus., cuads. ISBN: 978-607-466-080-7
Sustentado por una rigurosa investigación documental, este trabajo contribuye a los estudios sobre la vida y obra de Vicente Lombardo Toledano pero también aporta a la historiografía sobre Teziutlán. El tema de estudio comprende un periodo en el que Lombardo y su pueblo natal estuvieron muy vinculados, son los años del inicio de la carrera política del líder obrero, etapa que va desde que termina sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional en 1919 hasta su labor como diputado federal entre 1924 y 1928, electo por sus paisanos de la Sierra Norte de Puebla.
Dentro de la historia política de nuestro país, dicho periodo se enmarca en los años inmediatamente posteriores a la fase armada de la Revolución Mexicana, por lo que resulta interesante conocer las particularidades regionales en el proceso de institucionalización política y de reagrupación de los sectores sociales en el ámbito nacional.
Esta investigación viene a llenar uno de los vacíos no cubiertos por los estudiosos de la vida de Lombardo Toledano, más interesados en presentar su actuar en el ámbito nacional e internacional, ya fuera de forma personal o institucional, pero sin tomar en cuenta su vinculación directa con los hombres del pueblo: los artesanos, campesinos y obreros que combinaban sus actividades laborales diarias con su activismo político. En el caso de Teziutlán, esta historia es muy rica en personajes y situaciones, aunque no estuvo exenta de sangre y lágrimas derramadas.
La gran mayoría de la documentación utilizada proviene del archivo particular de Vicente Lombardo Toledano, que actualmente forma parte del Fondo Histórico de la Universidad Obrera de México. Esta es una de las primeras investigaciones realizadas fundamentalmente a partir de ese rico acervo documental todavía poco explorado. Las fuentes hablan por sí mismas permitiéndonos tener una visión amplia del periodo para que el lector saque sus propias conclusiones y emita sus propios juicios con base en el análisis de lo que se ha pretendido rescatar del olvido.
Tiempos de reforma
El libro de Marcelo Hernández Santos, Tiempos de reforma [México, UAZ-UPN, 2015, 393 pp.], es una historia de las vicisitudes que han enfrentado las escuelas normales rurales mexicanas frente al embate de la políticas públicas implementadas como reformas con el objetivo de erradicar la tradición de lucha combativa forjada en ellas desde su surgimiento. El autor analiza en cinco capítulos (I. Los maestros del campesino: el misionero y el “iconoclasta”; II. Del líder social al salón de clases; III. La profesionalización magisterial: “inquietud que palpita”; IV. Estudiantes, profesores y autoridades frente a la afirmación del carácter profesional de la educación normal; y V. La reforma permanente y el conocimiento científico-didáctico), desde el caso de la Escuela Normal de San Marcos, Zacatecas, cómo los actores configuran -correlacionan en forma compleja las variables que operan las relaciones sociales y de poder-, en el tiempo largo (1926-1984), es decir, la forma que asumió el proceso de apropiación, readaptación y rechazo de las visiones y concepciones que imponían las medidas escolares. Así, el análisis transita de los orígenes del normalismo rural en Zacatecas, la conformación del maestro como líder social, con tendencias ideológicas socialistas, que en coyunturas específicas se empatan o confrontan con el nacionalismo revolucionario en una permanente lucha hegemónica que aún subsiste en nuestros días y cuyo ejemplo está marcado por los recientes y trágicos hechos ocurridos en contra de los normalistas de Ayotzinapa. Las numerosas reformas a la estructura escolar normalista buscaban formar un maestro apolítico, más urbano y cientificista, que imponía el capitalismo desarrollista. Pero Marcelo Hernández encuentra, sobre todo en la “reforma sustancial de 1975”, que tras el ideal de formación científico-humanista, de profesionalización encaminada a las licenciaturas, maestrías y doctorados, en realidad en las escuelas como en San Marcos, coexistían profundas contradicciones, entre ellas la endémica falta de infraestructura escolar, de “tecnología educativa” y carencia de recursos económicos. Entonces, los planes de estudio, que planteaban la homogeneización formativa y la citada profesionalización magisterial, devenían en mecanismos de control social, en cancelación de acceso paulatino a la educación pública de los sectores campesinos. En suma, las reformas eran más bien instrumentos de mediatización y fuente de legitimación del Estado. En este sentido, el autor concluye: Las medidas educativas aplicadas en la Escuela Normal de Río Grande, luego en la Escuela Regional Campesina de Bimbaletes/Colonia Matías Ramos y, finalmente, en la Escuela Normal Rural de San Marcos, confirman cómo las instituciones fueron selectivas socialmente y han generado “tendencias de desigualdad y segregación educativa de los pobres”, pero no obstante dichas reformas educativas reificaron algunos rasgos: “se sostuvieron en la escuela normal y marcaron su origen, en cambio otros elementos de la cultura escolar fueron inamovibles. Este fenómeno imprimió una peculiar configuración, una específica forma se ser del normalista rural.”
René Amaro Peñaflores/UAZ.
