sobre Gresle-Pouligny, "Un plan pour Mexico-Tenochtitlan: les représentations de la cité et l'imaginaire européen (XVIe-XVIIIe siècles)"

Autor: 
Verónica Zárate Toscano
Institución: 
Instituto Mora/EHESS
Síntesis: 
Dominique Gresle-Pouligny, Un plan pour Mexico-Tenochtitlan: les
représentations de la cite et l'imaginaire européen (XVIe-XVIIIe siècles), pref. de Jean-Pierre Berthe, Paris – Montréal, L'Harmattan, 1999. (Recherches et documents. Amériques latines)
 
Imaginar el plano o el plano imaginario
 
Verónica Zárate Toscano
Instituto Mora/EHESS
 
En un día claro de noviembre de 1519, Hernán Cortes y sus acompañantes llegaron a ese punto que separa el Popocatépetl del Iztaccíhuatl, los dos majestuosos volcanes que limitan al este la cuenca de México. A sus pies se desplegaba el territorio del Anáhuac, que para los occidentales era un mundo nuevo. Al seguir avanzando y con esa atmósfera entonces tan limpia, los efectos de la luz, los colores y esa sed de oro y plata tiñéndoles las pupilas, pronto divisaron emocionados la ciudad de México Tenochtitlan.
Alguno de estos hombres, cuya identidad sigue sin poderse conocer, con la visión maravillada y conmovida, se dio a la tarea de realizar unos esbozos o apuntes. Dicho "prototipo" llegó a Europa en 1521 y comenzó a circular en algunos medios hasta que paro en manos de un impresor quien, tomándolo como base y respetando las informaciones inicialmente contenidas, elaboró un plano de 32x30 cm. Se le incluyó en la edición hecha en Nuremberg en 1524 de la segunda y tercera Cartas de Relación escritas por Cortés, une de cuyos ejemplares se conserva en la reserva de libros raros de la Biblioteca Nacional de Francia. Asimismo forma parte de la edición de la tercera carta, fechada en ese mismo año pero en Venecia. En virtud de que la elaboración de dicho plano fue concebida por Cortes, aunque no lo haya hecho con sus propias manos, se le ha conocido con distintos nombres, aunque la autora opta por denominarlo "plano cortesiano" o "plano de 1524".
Pero independientemente del nombre es, ante todo, el resultado del encuentro visual entre los europeos, con toda su carga cultural y su imaginario nostálgico y una realidad histórica y geográfica insólita.
El libro que ahora nos ocupa se centra en el análisis de dicha imagen a partir de la antropología y la arqueología pero sobre todo se inserta en la historia de las civilizaciones. Dominique Gresle-Pouligny se apoya en sus conocimientos sobre esa visión europea que, con todo su acervo cultural, volteó sus ojos hacia el nuevo mundo e intento desentrañar sus misterios, hacerlos entendibles, explicarlos y asirlos por medio de imágenes.
Los antecedentes historiográficos del libro se remontan a un estudio hecho en 1935 por Ignacio Alcocer, quien publicó una ampliación del plano y lo analizo. Posteriormente, Manuel Toussaint, Federico Gómez Orozco y Justino Fernández (1938) realizaron un examen más minucioso y lograron identificar la zona comprendida en el grabado sobre un mapa de la ciudad de este siglo, tomando como centro el Templo Mayor. También habría que mencionar otros trabajos como los de Erwin W. Palm (1966), Miguel León Portilla y Carmen Aguilera (1986 y 1990) y más recientemente Jerome Monnet (1993). Pero ninguna de estas había entrado en tantos detalles.
En 1997 Gresle-Pouligny obtuvo su doctorado en Historia y Civilizaciones por la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París con una tesis en tres volúmenes, titulada "Le plan de Mexico-Tenochtitlan à la veille de la conquête espagnole: transmission et metamorphose d'une image". El libro reseñado es la versión abreviada de dicha tesis y si bien sus capítulos no han sufrido alteraciones sustanciales, no puede decirse lo mismo respecto a su apoyo gráfico. Por la naturaleza misma del análisis emprendido, era necesaria la inclusión de un elevado numero de ilustraciones, principalmente planos y mapas, grabados y viñetas, que conformaban el tercer volumen de la tesis. Sin embargo, por razones editoriales", la autora se vio obligada a hacer una selección de esos materiales, dejando sólo unos cuantos que, si bien son representativos, no hacen justicia a la rica investigación que Gresle-Pouligny había realizado.
Precisamente una parte del libro se destina a indagar las herencias que este mapa tuvo en términos de las representaciones gráficas de la ciudad de México. La autora enfatiza que fue reutilizado como apoyo de la cosmovisión que se proyecto sobre los efectos del descubrimiento. Si bien es cierto que se introdujeron modificaciones, en ocasiones nos da la impresión de que el imaginario se mantuvo casi estático durante muchos años y que en realidad, lo representado se convirtió en un estereotipo que fue seguido e imitado por los encargados de plasmar en forma gráfica a la capital del virreinato.
Esta apreciación se constata al revisar las ilustraciones de este libro, o si se pasa la vista por el contenido del Atlas histórico de la ciudad de México, publicado en dos lujosos volúmenes por Sonia Lombardo y Yolanda Terán (1997-1998).
Gresle-Pouligny hace una relectura de "la imagen planográfica" a casi cinco siglos de su elaboración, apoyada en los descubrimientos arqueológicos más recientes. Así puede llegar a afirmar que es una representación realista de la ciudad, a partir de una observación in situ, ya que los elementos arquitectónicos ahí incluidos si corresponden a su publicación actual en el espacio urbano. Y mediante la división de la imagen en cuatro cuadrantes y la parte central, la autora puede escudriñar su contenido y descubrir las exactitudes y errores pero sobre todo los elementos que más llamaron la atención de los europeos y que quedaron atrapados en el grabado.
Con el análisis del plano queda demostrado que el lenguaje geográfico que exige la presencia de una escala y de una orientación no es tan antiguo ni tan universal, ya que ambos elementos no eran considerados de suma importancia en un documento de esta naturaleza elaborado a principios del siglo XVI, pero precisamente estas "carencias" le otorgan una sensibilidad muy peculiar. La escala es tal que no permite la representación de seres humanos y sin embargo, se pueden apreciar unos indígenas totalmente desproporcionados a bordo de unas canoas sobre el agua que circunda la ciudad. En el caso de la orientación, se ha podido identificar que el norte quedaría del lado derecho. Pero precisamente por su forma circular, el plano se puede leer desde distintos puntos, no sólo en función de una vista cardinal. Además, no hay que olvidar que en el mapa se aplicaron categorías que les eran conocidas tanto al autor de los apuntes como al grabador ya que no solo se dibujaba lo que se veía sino lo que se sabía. En ese sentido, Mexico-Tenochtitlan se representaba como la Venecia del Nuevo Mundo porque ambas ciudades compartían su emplazamiento acuático. Pero también existía el referente cultural del Cairo porque era un lugar grande y exótico o incluso Jerusalén por su carga bíblica.
La autora afirma que "este plano no responde a una construcción sensible, ideal o incluso fantasmal de un lugar simultáneamente visto y deseado. Corresponde a la proyección en un genero figurativo controlado, de un sitio aprehendido en su espacio, su organización física y en los informes estructurales entre los diferentes componentes del tejido urbano". La idea que subyace a lo largo del libro es que este plano cortesiano es la demostración de como se pasa de un modelo realista a una percepción simbólica ya que no solo representa la verdad física del lugar sino su experiencia.
Podríamos insertar este libro dentro de la historia de ideas y representaciones. Su primera parte esta consagrada a la explicación del contexto histórico y cultural del plano, mientras que la segunda es el estudio descriptivo y analítico de su contenido, así como al seguimiento, a lo largo de los siglos siguientes, de la evolución sufrida por la representación de Mexico-Tenochtitlan.
Un análisis como el emprendido por Gresle-Pouligny nos demuestra el vasto universo que esta detrás de cada imagen que se plasma. La carga cultural de la propia autora resulta ventajosa para desentrañar su significado. Seria deseable que este libro, que ha tenido tan buena acogida entre el publico francés, llegara a traducirse y publicarse en el lugar que analiza.
Verónica Zárate Toscano
 

Categoría: 
Reseña
Época de interés: 
Colonial
Área de interés: 
Geografía Histórica