El cambio climático se concibe como un fenómeno global, pero sus efectos en territorios concretos están mediados por la cultura, la historia, lo político, lo económico y lo ambiental. En los ecosistemas de montaña, el incremento de las temperaturas está teniendo ya afectaciones en la productividad de los cultivos y en la disponibilidad de agua. Estos efectos se combinan con la degradación ambiental local, poniendo en riesgo las formas de vida de las poblaciones asentadas en las laderas de montaña.