Novedad: "Pocas flores, muchas espinas. Iglesia Católica y sociedad en Sonora (1779-1912)"

Autor o Editor: 
Dora Elvia Enríquez Licón
Época de interés: 
Porfirismo y Revolución Mexicana
República, Imperio y Reforma
Área de interés: 
Historia Regional
Tipo: 
Libro
Editorial: 
Universidad de Sonora, Pearson
ISBN/ISSN: 
978-607-32-1260-1, 878-607-8158-59-1
Índice y resumen de la obra: 
El lector encontrará en este libro una visión de largo plazo en torno a la historia de la Iglesia católica en el noroeste de México, a partir del nacimiento de la Diócesis de Sonora en 1779 hasta el fin del régimen porfirista. Basada en fuentes bibliográficas, hemerográficas y archivísticas, la autora ofrece un análisis puntual sobre las vicisitudes encaradas por la institución eclesiástica en ese dilatado periodo, enmarcado por dos momentos en que la modernidad fue el referente principal: las reformas borbónicas y el porfiriato.
 
El libro constituye un notable aporte a la producción historiográfica sobre la Iglesia católica en México al incorporar la dimensión regional, pues las historias eclesiásticas usualmente hacen referencia a las diócesis y arquidiócesis del centro del país, con escasa mención a otras, particularmente las norteñas, cuyos ritmos históricos y desarrollo institucional presentan grandes diferencias, que guardan correspondencia con los  momentos históricos de conformación de las sociedades regionales.
 
La obra distingue las etapas por las que ha transitado la Iglesia católica en Sonora en su forma diocesana, desde las postrimerías del siglo XVIII. En el momento de su fundación, el muy extenso Obispado de Sonora debió convivir con una Iglesia misional necesaria, pero debilitada después de la expulsión de los jesuitas. Posteriormente, en la primera mitad del siglo XIX, en la etapa del México independiente, el sistema misional franciscano dejó de existir sin que la Iglesia diocesana encontrara pleno arraigo en una sociedad de frontera, con débiles instituciones políticas y sociales.
 
La Iglesia católica decimonónica fue una institución lejana para los sonorenses; el obispo fijó su residencia en la ciudad de Culiacán hasta 1883, fecha en que fue decretada la fundación de la Diócesis de Sinaloa. En los años porfiristas la institución eclesiástica en Sonora encontró las condiciones sociales, económicas y políticas adecuadas para su consolidación. No obstante, su herencia histórica le hacía diferente de otras diócesis mexicanas; tal condición llevó al obispo Ignacio Valdespino (1902-1913) a informarle al papa que la Iglesia en Sonora tenía pocas flores, coronadas de muchas espinas.