Este proyecto, propone el análisis de tres exposiciones que resolvieron una serie de conflictos estéticos generacionales entre 1968 y 1970 en el que se puede destacar una narrativa en la que nociones historiográficas como "ruptura" o "escuela mexicana de pintura" silenciaron al diálogo generacional que se llevaba a cabo en el marco de las primeras exposiciones realizadas sin auspico estatal. Esto, también generó una serie de libertades creativas que darían paso una nueva dinámica en la escena de arte mexicano.