sobre Sánchez de Tagle, Valero, Martínez, "Padrón de frentes e historia del primer impuesto predial"

Autor: 
Verónica Zárate Toscano
Institución: 
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Síntesis: 
Esteban Sánchez de Tagle, Ana Rita Valero, Sergio Martínez, Padrón de frentes e historia del primer impuesto predial, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, 1997 (Serie Instrumentos de Consulta, 2), 58 paginas y un disquete.
 
Reseñado para H-MEXICO por Verónica Zárate Toscano
Instituto de Investigaciones José María Luis Mora
 
En los albores del siglo XXI no resulta sorprendente la contribución que la ciencia y la tecnología han hecho para la optimización de los recursos usados por los historiadores para el desempeño de su profesión. Cada vez mas se utilizan computadoras para elaborar bases de datos, gráficas, ilustraciones, mapas y por supuesto para la redacción de los resultados de las investigaciones.
Nadie duda que el aprovechamiento al máximo de las ventajas ofrecidas por la tecnología requiere de ciertas habilidades que no siempre son consustanciales a los dedicados a la historia. Pero siempre existe el recurso de apelar a los conocimientos y virtudes de los expertos en informática. En ese sentido, la multidisciplinariedad tan afanosamente buscada en la actualidad, se enriquece con la inclusión de ingenieros en sistemas que en algunas investigaciones se convierten en piezas claves e insustituibles. Y, en el mejor de los casos, es posible entablar con ellos un diálogo enriquecedor a fin de sacar el mejor provecho tanto a la fuente documental como al instrumento que se utilizara para capturar la información y obtener resultados.
Sin embargo, a pesar de tantos recursos a la mano, la responsabilidad última de los productos de la investigación depende del historiador y de su capacidad de plantear los problemas a resolver, elaborar las preguntas pertinentes y encontrar su respuesta en las fuentes de primera mano. Es imposible que dos personas tengan una misma lectura y le saquen el mismo provecho. Por ello suele resultar tan absurdo ese sentimiento -por desgracia tan común entre los historiadores- de no querer compartir los documentos que cada uno ha "descubierto". Y cuando se suele "soltar" el dato o el documento, es porque ya se le ha sacado "todo el provecho" posible. Aunque también existen aquellos que dedican parte de sus esfuerzos académicos a dar a conocer documentos para que sean otros los que los exploten.
El caso que nos ocupa es un esfuerzo por combinar la tecnología con un documento dieciochesco. Y como todo esfuerzo, debe aplaudirse por el arduo trabajo que representó. El documento se acompaña de una presentación en que se explica su origen, propósito y resultados, además de que se le contextualiza dentro de las reformas borbónicas.
El “Padrón de frentes” fue la respuesta estadística dada al bando de 4 de diciembre de 1790 que ordenaba que todos los dueños de fincas de la ciudad de México deberían pagar una contribución para realizar obras del empedrado. El pago se fijaba a razón de medio real por cada vara cuadrada que tuviera el frente de dichas fincas. Y para poder proceder a la recolección de dicho "impuesto", era necesario hacer un levantamiento que consignara la información relevante para el caso.
El resultado de esta disposición quedó consignado en un documento cuyo original, conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid, contiene millar y medio de fojas con la información que se capturo y ahora se presenta en disquete. Utilizando el programa DBase, se incluyen columnas con los datos correspondientes a cada uno de los ocho cuarteles en que estaba dividida la ciudad de México: número de manzana, nombre de la calle, orientación, número de casa, nombre del propietario, un número consecutivo de referencia (que debería estar al principio para facilitar su identificación), los datos de medición de frente y ancho de los predios en varas, pies, pulgadas y metros, así como los cargos correspondientes.
El total de registros considerando todos los cuarteles es de 2437 (aunque se consignan 2452 pero seguramente hubo un error de conteo que forzó un salto de 15 registros vacíos). Cabe señalar que la forma de acceder a esta información es deficiente. En virtud de que no se estableció dentro del programa un sistema de recuperación, no se pueden hacer búsquedas especificas y directas. Es decir que para llegar a determinada información, es necesario hacer un largo recorrido, uno a uno de los registros hasta llegar al dato requerido, operación que se podría subsanar con un comando en el programa.
Por otro lado, en un anexo se incluye un listado de contribuyentes ordenado "según intrigantes criterios de la época", que informa de los nombres de personas e instituciones y sus aportaciones en pesos, reales y granos entre el año de 1790 y el de 1796. En este caso, hubiera sido de gran utilidad enriquecer esta información con el dato del número de referencia consecutivo para poder cruzar la información con la del padrón. Esta información también seria de gran valor si se hubiera consignado en la parte donde se enlistan alfabéticamente a los propietarios junto con el tamaño de sus frentes, en vez de insertarla en otra sección pretenciosamente llamada "índice cruzado". Y también seria muy útil incluir un sencillo índice que indicara las referencias que comprende cada cuartel para facilitar así su localización.
Según los autores reconocen, lograron "entresacar de la información un orden que desconocíamos: el que organiza a los contribuyentes según el monto que les correspondió en el pago de esta peculiar carga impositiva". El listado, una vez mas, adolece de la falta del número consecutivo y además tampoco incluye las cifras que a cualquier lector le permitan constatar la cuantía de sus contribuciones.
Por último, tanto en el libro como en el disquete se ofrece un listado alfabético de las calles, el cuartel que les corresponde y las manzanas que abarca. Dicha información se complementa con un mapa general que permite identificar la ubicación de los cuarteles dentro de la ciudad, así como planos de cada uno de los cuarteles con la identificación del número de manzanas y el nombre de calles y plazas. Aquí llama la atención que algunos de los frentes no estén trazados en el mapa y nos preguntamos si es debido a que la información que se refiere a ellos no esta incluida en el padrón.
El citado programa ofrece la opción de imprimir los datos capturados, solo que no permite impresiones parciales sino que obliga a la impresión de la totalidad de la información consignada en cada apartado o cuartel. Por otro lado, existe la posibilidad de importar la información a un programa de "hoja de cálculo" pero al hacerlo, se pierden los datos de los encabezados. Sin embargo, en dicho programa, las posibilidades de trabajar la información son mucho mayores. Y entonces surge la pregunta inevitable de por que no se acudió a esta herramienta desde un principio. Tal vez los historiadores no hicieron las preguntas pertinentes ni visualizaron las posibilidades de explotación de su material. Y eso quedará en manos de los que, con mucha paciencia y habilidad, sepan extraer todo el jugo que este material contiene. Los especialistas en el siglo XVIII y en la historia de la ciudad de México agradecemos que nos den a conocer la información pero lamentamos que algo que pudiera ser tan positivo, represente tantas irregularidades y problemas para el manejo de la misma.
Verónica Zárate Toscano
Instituto de Investigaciones José María Luis Mora
zarate@sni.conacyt.mx
 

Categoría: 
Reseña
Época de interés: 
Colonial
Área de interés: 
Geografía Histórica