El vino de cocos en la Nueva España

Autor o Editor: 
Paulina Machuca
Época de interés: 
Colonial
Tipo: 
Libro
Editorial: 
El Colegio de Michoacán
ISBN/ISSN: 
978-607-544-034-7
Índice y resumen de la obra: 

¿Quién, de paso por Colima, no ha probado o al menos oído hablar de la tuba? ¿Quién, de no ser un viajero que visitó Filipinas, pudo beber allí vino de cocos de 40 y 50 grados de volumen alcohólico en la época colonial? Hoy, ese destilado solo queda en la memoria de algunos cuantos colimenses, en los papeles viejos de archivos preservados en el tiempo. Y, sin embargo, a lo largo del siglo XVII, principalmente en la provincia de Colima, pero también a lo largo de la costa del Pacífico, hasta Acapulco, fue el primer aguardiente fabricado en la Nueva España que circuló ampliamente en el mercado de bebidas alcohólicas y que se vendía hasta el Altiplano, dando su energía a los mineros que seguían las vetas de plata. La palma de coco llegó a la Nueva España con el Galeón de Manila y, junto con éste, miles de filipinos que trajeron su savoir faire enseñaron cómo utilizar el destilador filipino, primero con la tuba como materia prima, cuya técnica después se trasladó al fermento de las cabezas de agave cocidas para elaborar mezcal. Éste, con el paso del tiempo, logró triunfar sobre su rival y desplazó al vino de cocos. Con ello se cierra parte de una historia que inició en Filipinas y que llegó hasta las minas de Zacatecas, pasando por Colima y las cercanías de Acapulco. Pero nos queda la tuba, y esta historia que hasta hoy no se había contado con puntualidad.

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