La investigación explora la narrativa de tres autoras vinculadas con el feminismo norteamericano de los años setenta y ochenta, y su reconfiguración de la cotidianeidad y la subjetividad femeninas, como una estrategia alterna a la concepción de "escritura femenina" asociada con autoras feministas francesas como Hélène Cixous y Luce Irigaray. En particular, atiende el movimiento de su producción entre géneros literarios, y la relación de este aspecto con su desmontaje de conceptos de género sexual dicotómicos.