Ida Rodríguez Prampolini (Veracruz, 24 de Septiembre 1925 – 26 de julio 2017)

Autor: 
Cristóbal Andrés Jácome
Síntesis: 
Ida Rodríguez Prampolini (Veracruz, 24 de Septiembre 1925 – 26 de julio 2017)
 
Ida Rodríguez Prampolini comenzó su carrera profesional aún siendo estudiante de la Licenciatura en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue a mediados de la década de los cuarenta cuando su profesor Edmundo O’Gorman al reconocer el talento único que poseía la estudiante veracruzana para memorizar y pensar con agudeza el pasado decidió nombrarla su profesora suplente. Otros profesores de la Facultad como Manuel Toussaint, Justino Fernández y Francisco de la Maza coincidirían con O’Gorman en el hecho de que Ida Rodríguez era la alumna más destacada de su generación. Los primeros libros de la historiadora Amadises de América: La hazaña de Indias como empresa caballeresca y La Atlántida de Platón en los cronistas del siglo XVI comprobaron la inteligencia y creatividad de Ida Rodríguez Prampolini. 
A mediados de los cincuenta, y luego de vivir en Venecia estudiando historia del arte, su maestro y amigo Justino Fernández le sugiere la elaboración de una compilación de la crítica de arte del siglo XIX. Ida Rodríguez pasaría más de dos años consultando la hemeroteca nacional y transcribiendo a mano las ideas y debates sobre arte y estética publicados en periódicos y revistas de dicho siglo. La conclusión y publicación de este monumental proyecto le permitió su entrada al Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Hoy en día, los tres volúmenes de crítica de arte decimonónica son indispensables no sólo para el estudio de la historia del arte mexicano sino también para conocer los múltiples debates culturales del siglo XIX.
Al final de la década de los cincuenta centró su interés en estudiar el arte del siglo XX con el fin de explicar los cambios radicales que las artes visuales estaban teniendo en los últimos años. Dejó atrás las tradiciones académicas asentadas en el estudio progresivo de los estilos y las formas para reconocer las huellas dispersas que explicaban el nuevo estado del arte. Su mirada siguió una línea diferente a la de algunos críticos que en la época de la Guerra Fría utilizaban la crítica de arte como pretexto literario y otros aún defendían el canon figurativo imperante en la primera mitad de siglo. 
En 1964, y respondiendo al interés por trazar genealogías del arte nuevo, escribió el libro El arte contemporáneo: Esplendor y agonía. Es sobresaliente la documentación de este trabajo, en el cual se muestra una historia del arte que recupera tanto los signos de desgaste del estatuto artístico como su vitalidad creativa y capacidad de incidencia crítica en el mundo contemporáneo. En este libro hay un perfil intelectual independiente y un compromiso con el arte de su época más allá de la ceguera de otros que seguían perpetuando el discurso nacionalista del arte mexicano. Por un tiempo considerable El arte contemporáneo: Esplendor y agonía fue la única referencia bibliográfica que existía en español sobre el tema en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. 
Como muchos de los intelectuales de su generación, Ida Rodríguez asume una postura de incidencia social después del fin del movimiento estudiantil de 1968. A partir de entonces su agencia cultural estaría involucrada de lleno con causas y luchas sociales. A principios de los setenta junto con un grupo de estudiantes y profesores crea una escuela rural en el municipio de Tlayacapan, Morelos. Esta experiencia es clave para entender la agencia social que la historiadora del arte desarrolló en las décadas subsiguientes. 
En los años ochenta, Ida Rodríguez regresa a su natal Puerto de Veracruz para fundar el Instituto Veracruzano de Cultura. El proyecto tuvo alcances en todo el Estado ya que creó casas de cultura en más de setenta municipios. Este proyecto educativo y cultural tuvo también un énfasis en el rescate del patrimonio arquitectónico del Estado. 
El profundo conocimiento de la cultura de Veracruz y la recuperación del arte indígena ocupó a Ida Rodríguez durante las últimas décadas. Fundó el Consejo Veracruzano de Arte Popular el cual recuperó la memoria de la artesanía veracruzana y ayudó a que poblaciones desfavorecidas pudieran seguir produciendo expresiones artísticas. 
Su último proyecto fue la compilación de tres volúmenes que documentan y analizan la historia del Muralismo Mexicano. Estos tomos son parte del proyecto educativo que Ida Rodríguez se propuso fundar y responden a su convicción de que un país podía cambiar por medio de la preservación y estudio de su cultura. 
 
Cristóbal Andrés Jácome
Center for Latin American Visual Studies
The University of Texas at Austin
 
 
 
Categoría: 
Obituario