Después de la Segunda Guerra Mundial, los jóvenes japoneses se vieron enfrentados al nuevo orden y salieron airosos en la medida en que el ajuste los mantuvo ocupados en la etapa de reconstrucción. A partir de la década de los sesenta, el exíto económico tendió a modificar los esquemas sociales de manera acelerada, cambiando las viejas constumbres de la sociedad tradicional japnesa.