El Museo de Historia Mexicana presenta ENTRE IDEAS Y METRALLA. MÉXICO 1913-1914 una exposición que ilustra la transformación política y social de México a principios del siglo XX, como consecuencia de la caída del régimen maderista y la revolución constitucionalista.
La inauguración será el miércoles 9 de abril e iniciará a las 19:00 horas con la conferencia magistral “La Revolución Mexicana la historia que se convirtió en mito”, con Alejandro Rosas, quien además participó en el guión histórico de la exposición. A las 20:00 horas se llevará a cabo la ceremonia inaugural y se abrirán las puertas de la muestra.
La exposición abarca los diferentes proyectos de nación abanderados por Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Venustiano Carranza, Francisco Villa y Emiliano Zapata, a través de piezas históricas y artísticas, así como proyecciones de videos.
El propósito de ENTRE IDEAS Y METRALLA. MÉXICO 1913-1914 es repasar los diversos capítulos que integran a la Revolución Mexicana y la producción de la exposición estuvo a cargo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Las piezas que se exhiben provienen del Museo Nacional de Historia Castillo de Chapultepec; del Museo de la Revolución Mexicana en Saltillo, Coahuila; Museo Nacional de la Revolución en la Ciudad de México, Presidencia de la República, Archivo Histórico del Distrito Federal y Archivo General de la Nación.
Además ENTRE IDEAS Y METRALLA. MÉXICO 1913-1914 se vio enriquecida por el acervo del Museo de Historia Mexicana y contará con dos apartados alusivos al Noreste: la participación de Bernardo Reyes en la Decena Trágica y la toma de Monterrey por los líderes revolucionarios en abril de 1914.
Entre las piezas destacadas se encuentra la mesa donde fue firmado el Plan de Guadalupe, rubricada por Venustiano Carranza y los demás participantes; así como los textiles originales de la Bandera de las Fuerzas Maderistas de Puebla, la Bandera de la Marcha de la lealtad, la Bandera del Cuerpo del Ejército del Norte, la Bandera del Ejército Constitucionalista y el Pendón del Club Central Reyista.
También se exhibirán objetos personales de algunos protagonistas: un pañuelo, un estuche de medicina homeopática, una levita, un chaleco y una banda presidencial que pertenecieron a Francisco I. Madero; mitazas, sombrero, espada, cuchillo y pistola de Francisco Villa, así como un bastón perteneciente a Venustiano Carranza.
La exposición estará en exhibición hasta el domingo 29 de junio del presente año y se divide en cinco temas: INTRODUCCIÓN, LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL PRESIDENTE MADERO, BAJO LA SOMBRA DE HUERTA, POR EL ORDEN CONSTITUCIONAL, Y CAUDILLOS Y REVOLUCIONARIOS.
El visitante podrá observar en multimedia fragmentos dramatizados de algunos discursos pronunciados por Madero, Villa, Carranza y Zapata; así como audios y videos que narran puntualmente los hechos históricos que marcaron el rumbo revolucionario de México en los años 1913 a 1914.
CONTEMOS LA HISTORIA
A finales de 1912, el presidente Madero se dirigió a la población de la capital para expresar su creencia en la democracia, en un gobierno honrado, en la legalidad del sufragio y en la libertad del pueblo mexicano.
No obstante, el primer mandatario fue víctima de las contradicciones de una clase política acostumbrada al autoritarismo y a la ausencia de libertades políticas. Sin embargo, la conciencia política que despertó en la sociedad mexicana desde 1910, prevaleció a pesar del cuartelazo que vendría unos meses después.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DEL PRESIDENTE MADERO
El 9 de febrero de 1913 inició el episodio conocido en la historia nacional como Decena Trágica, encabezado por Manuel Mondragón y Félix Díaz (sobrino de Porfirio Díaz). Los alumnos de la Escuela Militar de Aspirantes se dirigieron a Palacio Nacional para sublevarse contra el gobierno y el 18 de febrero el presidente Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron aprehendidos en Palacio Nacional para ser obligados a renunciar a sus cargos ante el Congreso, lo cual hicieron con la creencia de que serían exiliados.
Casi al mismo tiempo, Gustavo A. Madero fue detenido y brutalmente asesinado en La Ciudadela por órdenes de Victoriano Huerta. En tanto, Madero y Pino Suárez fueron asesinados en el exterior de la penitenciaría de Lecumberri, la noche del 22 de febrero, culminando así con el régimen democrático.
A partir de estos asesinatos, la Revolución tomó diferentes rumbos; los principales jefes del movimiento lucharon por ideales propios, cada quien con un proyecto de nación diferente, pero con un común denominador: derrocar al gobierno ilegítimo de Victoriano Huerta.
BERNARDO REYES
Bernardo Reyes, se sublevó en contra del gobierno de Francisco I. Madero en 1911 mediante la proclamación del Plan de la Soledad. Al no contar con suficiente apoyo se rindió y fue encarcelado en la prisión de Santiago Tlatelolco en la Ciudad de México. Se le condenó a muerte, pero el presidente Madero conmutó la pena por prisión.
Al suscitarse el levantamiento armado en contra del primer mandatario, una de las primeras maniobras de los sublevados fue liberar a Reyes, quien encabezaría a una facción de los rebeldes. Éstos se dirigieron hacia Palacio Nacional con la intención de ocuparlo; el general Lauro del Villar, leal al gobierno maderista, defendió el Palacio y el primero en caer durante el asalto fue Bernardo Reyes, abatido por una balacera el día 9 de febrero de 1913.
BAJO LA SOMBRA DE HUERTA
Tras obligar a Madero a renunciar a su cargo, Victoriano Huerta tomó el poder el 19 de febrero de 1913, después de violar el pacto que firmó un día antes con la embajada estadounidense y con Félix Díaz. De acuerdo a lo pactado, el sobrino de Porfirio Díaz sería el candidato a la presidencia. El dictador Huerta comenzó a sustituir gubernaturas estatales y llevó al país a un régimen militarista.
POR EL ORDEN CONSTITUCIONAL
En aras de restablecer el orden constitucional, Venustiano Carranza y decenas de hombres firmaron el PLAN DE GUADALUPE el 26 de marzo de 1913, en la hacienda coahuilense del mismo nombre.
El objetivo era desconocer a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, llegar a la capital para tomar provisionalmente la presidencia y convocar a elecciones. Carranza “el primer jefe”, organizó al Ejército Constitucionalista en diferentes cuerpos y fuerzas regionales, comandados por líderes revolucionarios.
CAUDILLOS Y REVOLUCIONARIOS
A partir de 1913, la revolución tomó caminos distintos por los diferentes objetivos políticos y sociales de los jefes revolucionarios: Pablo González en la División del Noreste, Francisco Villa en la División del Norte, Álvaro Obregón en la División del Noroeste y, de manera independiente, Emiliano Zapata como jefe del Ejercito Libertador del Sur. Éste último fue un movimiento civil y campesino que desconoció también a la política carrancista.
La inauguración de ENTRE IDEAS Y METRALLA. MÉXICO 1913-1914 tendrá acceso gratuito, las personas interesadas en mayor información pueden llamar al 20339898, visitar la página
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